Revista Literatura

Fumata negra

Publicado el 31 diciembre 2010 por House

Ayer, los balcones de la calle Génova expulsaron fumata negra en la elección de un nuevo pontífice que quería gobernar con «mano de sidra y fabes» su feudo a sabiendas de que, al igual que le sucede a algunas mujeres, sería muy odiado o muy amado. Sin términos medios, sin medias tintas. Y así es. Meses atrás ya era muy muy deseado y también muy vilipendiado. Pero ayer el sanedrín más casposo y caciquista que reina muros adentro de ese rancho ha decidido que no, que era mejor que el señorito del cortijo vetusto siguiera mangoneando y chupando convirtiendo, así, a la ciudad de Clarin en un feudo a su imagen y semejanza. Preferían asegurar una nueva derrota en los años 2011 y 2012 antes que algún que otro jinete dejara sus mangoneos y sus cacicadas.De inmediato, todas las ediciones digitales de medios de comunicación asturianos y de otros nacionales bullían. Militantes, simpatizantes y el vulgo en general mostraba la mejor de sus sonrisas y la más sanguinaria también. Los sentimientos afloraban de manera iracunda. Y en muchos casos, la razón no les faltaba. La culpa no la tiene el gallego, tampoco la castellanamanchega, ni el andaluz. La culpa es de cierto ex que en su día dejó todo mal atado y muy mal atado. Designar a un delfin insípido trae estos lodos y otros barros. Cualquier líder político que se aprecie de tal tiene la obligación de dejar una sucesión bien hecha, firmemente consensuada, perfectamente cimentada y, por encima de otros condimentos, afianzada sobre los pilares del consenso interno y de una garantía de continuidad. Pero aquí se hicieron las cosas como se venían haciendo en esa misma época: a imagen y semejanza de quién en ese momento, y aún le perdura esa aureola, era una de los políticos más nefastos y perjudiciales que jamás tendría España.Falta un líder, pero un líder con firmeza, seguridad, y con tenacidad. El electorado y los afiliados se sienten hastiados de tantas medias tintas, de tanto en dónde dije digo, digo Diego… Quieren hechos y no palabras. Buscan realidades y no imágenes de egos fétidos. Éste no es el método para ganar unas elecciones generales. Tampoco para unas autonómicas y locales. Como decían ayer, esta actitud sólo lleva a una vía: a una pérdida de votos. Aunque… también es verdad que, por lo general, el votante de derechas «perdona y olvida».Extrapolando el problema asturiano a otros virreinatos como el que mira al Mediterraneo o el que gobierna en la capital del reino, nos da una pauta de conducta. El que nos ocupa es un partido en declive, sin rumbo ni estrategia, sin perspectiva de futuro, pero, eso sí, con un elevadísimo índice de mediocres y chupatintas. Posiblemente hoy sólo nos encontrásemos con dos personas capaces de poner orden y concierto en este rancio parvulario. Ninguno de los dos se ocupará de ello. A uno lo tienen amordazado, vilipendiado y arrinconado mientras le dejan saborear un caramelo que últimamente ya le resulta demasiado pequeño. El otro no está interesado en labores educativas. Su prestigio y su categoría social le impiden mancharse con estos lodos. Malas perspectivas tienen para este fin de año. Malos pronósticos y peor futuro. En cualquier caso, pase lo que pase, lo cierto es que queda mucho por hacer. Tal y cómo van las cosas, la debacle es segura. El caos está asegurado. Y lo peor ninguno de los presentes está capacitado para dar un golpe de timón. Otros agradecerán esta gesta heróica y villana. ¡Siempre quedará Génova!

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