Aparentemente nada extraño se adivina en el horizonte. Los chavales se beben sorbo a sorbo su vida apenas recien estrenada. Cerca se escuchan los chapoteos en la piscina de los más pequeños. Por el camino de la orilla del rio los jubilados se dan su paseo matinal.
Hoy unos nubarrones negros inundan la paz del lugar. No corren buenos tiempos se oye decir por las esquinas. Como si esas nubes fueran el preludio de tiempos dificiles que vamos a vivir, como si de repente se volviera negro el futuro de los chavales, de los pensionistas, de los pescadores...