Cuando tenía 12 años solía soñar con mi futuro,
quería una casa, viajar, un trabajo, una vida estable,
todos me decían que era demasiado pronto para eso.
Décadas después pido lo mismo,
ahora es demasiado tarde.
La vida se torció en un cambio de agujas,
las tripas se van pudriendo cada noche,
las venas se van desgastando,
quizás tenga todo eso que anhelo,
cuando no esté.
¿Y tú?