Revista Literatura

GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson

Publicado el 29 octubre 2020 por David Rubio Sánchez
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
    Me siento muy honrado de que esta Gala de Premios de El Tintero de Oro se celebre en Potts County. Yo nunca he sido de leer, pero les aseguro que siempre he tenido mucho respeto por la cultura, no tanto como el que le tengo a los dos mil dólares —más extras— de mi sueldo como sheriff, pero mucho más del que le suelo profesar a la mayoría de cosas. 
    Últimamente estaba un poco preocupado. Se acercaban las elecciones y, aunque —que yo recordara— no había cometido ningún acto que pudiera haber molestado a mis honorables ciudadanos, quizá había descuidado un tanto mi imagen. No es que hubiera dejado de asearme o me emborrachara más de lo conveniente, pero sí que había aguantado con demasiada indolencia ciertos comportamientos. 
    Y eso no es nada apropiado para un sheriff. 
    Por cierto, me llamo Nick Corey.

GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS DE JIM THOMPSON

    Sé que esperaban a otro presentador y hasta que los distintos autores les deleitaran con la lectura de sus relatos. Créanme si les digo que nada me hubiera gustado más. Pero casi nunca las cosas pasan como querríamos que pasaran. A veces hay que darles un pequeño empujón y ni con esas. ¿Saben? Les voy a confesar algo. Yo también escribía. Fue hace años, cuando todavía era un crío. De hecho, hasta gané un premio en el colegio, algo que me llenó de alegría como pueden imaginar. Así que fui corriendo a casa para decírselo a mi padre. También se lo hubiera dicho a mi madre, pero ella murió cuando yo nací. Mamá, quizá, me hubiera recompensado con besos y abrazos, y puede que incluso me hubiera hecho una tarta de chocolate. Pero como les acabo de decir, en casa solo estaba mi padre y la botella de whisky con la que solía acompañarse, así que lo que recibí por mi premio fue un guantazo. Entonces pensé que dada mi edad no podía comprender la razón de ello. Pasados los años todavía no lo he sabido encontrar.
    Lo que sí consiguió es que jamás volviera a escribir, aunque alguna vez sí leo algo.
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
    Así que cuando escuché que Sam Gaddis, mi rival en las elecciones para el cargo de sheriff, había logrado que El Tintero de Oro celebrara su Gala en Potts County, como acto del cierre de su campaña, pueden estar seguros que me pareció una excelente idea. Y me lo siguió pareciendo hasta que los ciudadanos más prominentes, de los 1280 que habitan mi ciudad, comenzaron a comentar que ya era hora de que la cultura tuviera el protagonismo que se merecía. No es que esa inusitada aceptación popular me hiciera cambiar de idea, ni mucho menos. Pero tampoco estaba seguro de que las buenas gentes de esta ciudad, que hasta la fecha solo habían leído las etiquetas de las botellas de whisky y los salmos parroquiales, estuvieran del todo preparadas para recibir un certamen literario. Era mi deber  advertir de ello a mi contrincante electoral.
    Fui a su casa y le dije: «Sam, me parece una idea fantástica, pero has pensado en que…». Y entonces le planteé lo que les he comentado antes. Su reacción no fue demasiado positiva. Me dijo que si lo que quería era cancelar la Gala —cito textualmente— podía irme a tomar por culo. Añadió que ya era hora de que Potts County dejara de ser el estercolero del condado y aspirara a algo más que una ciudad de corruptos, borrachos y putas.
    No les quepa duda que me dolieron sus palabras. No puedo negar la parte de razón que pudiera tener, pero tampoco era del todo apropiado que quien aspiraba al cargo de sheriff tuviera en esa consideración a los ciudadanos a los que les pedía su voto.
    Si no hubiera sido tan maleducado es muy posible que no hubiera hecho nada más que acudir a la taberna, tomarme dos lingotazos y, tranquilamente, visitar a las guapas y simpáticas muchachas del Ruby Clark. Pero hasta para un tipo tan apocado como yo, palabras como las que escuché te obligan a tomar cartas en el asunto. Así que, tras salir de su casa, me fui a la taberna, me tomé dos lingotazos y, tranquilamente, acudí al hotel donde se hospedaban los autores participantes de la presente edición.
    Con toda la educación de la que fui capaz me presenté como el sheriff Corey y les dije que, como la máxima autoridad de Potts County que era, me veía en el placer de darles la bienvenida, pero en la obligación de tener que leer sus relatos antes de la celebración de la Gala. Respondieron a mi petición como se podía esperar de personas cultas, preparadas y respetuosas como son los escritores. Durante un par de horas estuve escuchando historias de maltratadores, malhechores, pirómanos, sádicos y demás psicópatas que uno pueda imaginarse. Por supuesto, les felicité por lo fértil de su imaginación y por lo bien escritos que estaban sus relatos.
    Pero también les comuniqué que mientras yo fuera el sheriff —y desde luego lo era en ese instante y como mínimo hasta que se celebraran las elecciones— no podía permitir que mis conciudadanos escucharan historias tan atroces. Así que les propuse que en los días que faltaban para la Gala tuvieran a bien escribir otra clase de relatos para la misma. Unos que fueran más acordes con la moral y las buenas costumbres.
    En esta ocasión, también reaccionaron como supuse que harían unas personas cultas, preparadas y respetuosas: me mandaron al carajo. Sí, puede parecer que mandarme al carajo no sea demasiado educado. Pero recuerden que Sam Gaddis, mi rival para el cargo de sheriff, me mandó a tomar por culo. Y créanme si les digo que hay una gran diferencia entre irte al carajo o que te perforen una oquedad corporal en general y sobre todo esa en particular.
    ¿Qué hubieran hecho ustedes en mi situación? ¿Dar media vuelta como si nada? Tal vez si hubiera sido un ciudadano de a pie, con otra forma de ganarme la vida, lo hubiera hecho. Pero siendo sheriff, no. Entonces pensé y pensé, y luego pensé un poquito más hasta recordar las palabras de mi colega Ken Lacey: «Para que se porten bien debes devolver el doble del daño que te causen».
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
    Ellos me habían mandado al carajo, así que decidí que la respuesta apropiada era mandarlos a la cárcel. No sufran, como mucho hasta que se celebraran las elecciones. También me apropié de sus relatos. Relatos que, reitero, son muy buenos. Tan buenos que pensé que las buenas gentes de mi ciudad merecían leerlos después de todo.
    La idea de acoger la Gala de El Tintero de Oro me pareció brillante como ya les he comentado. Así que me dije que Sam Gaddis, aunque fuera mi contrincante, se merecía todo el reconocimiento por la iniciativa. ¿Y qué mayor gloría podía concederle que hacerle autor de esos veintinueve relatos tan perturbadores? Ya lo sé. No era algo demasiado ético, pero sepan apreciar la bondad de la intención que había detrás. Dediqué aquella tarde de sábado en borrar el nombre de los participantes y escribir en su lugar el de Sam Gaddis al lado de cada título.
    A la mañana siguiente, me vestí con mis mejores ropas —que eran las mismas de siempre salvo por mi Stetson nuevo de sesenta dólares y mis botas Justin de setenta y cinco dólares— y me paseé por las calles. Todo el mundo estaba emocionado con el hecho de que se fuera a celebrar la Gala, entusiasmo al que me sumé, aunque omitiera el hecho de que los autores estaban entre rejas. Lo que sí les dije es que conocía a Sam desde niño y que ya en el colegio había demostrado ser un excelente escritor, aunque fuera demasiado humilde para reconocerlo. El asunto captó el interés del corrillo que se había formado frente a la taberna, así que me vi obligado a confesar que todavía conservaba algunos de los relatos que solía escribir. En ese ambiente de fiebre cultural que parecía haberse adueñado de Potts County, mis ciudadanos me rogaron que se los dejara leer.
    Petición a la que no me pude negar, claro.
    Los cité por la tarde en la taberna. Quizá hubiera sido mejor el Ruby Clark por ser más amplio, pero pensé que ello podría haber incomodado tanto a los maridos como a las esposas, aunque por distintos motivos, claro. El caso es que esa tarde se congregaron en la taberna un buen número de almas. Ni mucho menos sumaban las 1280, pero sí un buen y significativo puñado de ellas.
    Ni qué decir que los asistentes se quedaron mudos al terminar su lectura. Ya les había advertido que eran unas historias realmente buenas, aunque… ¿qué clase de sheriff podría llegar a ser alguien capaz de escribir algo así? Por supuesto que son de ficción, pero la imaginación suele ser el primer paso para la acción y si puedes imaginar actos tan perturbadores quizá, según las circunstancias, podrías sentirte tentado a llevarlos a cabo en el mundo real. Pero, claro, ¿qué iba a saber un tipo tan simple como yo de todo eso?
    Bastó un día para que todo Potts County conociera qué clase de relatos escribía Sam Gaddis. Y si ya de por sí eran historias truculentas, cada uno añadía detalles morbosos de su propia cosecha para aumentar el horror de quien le escuchaba. Para cuando todo eso llegó a los oídos del bueno de Sam, ya era demasiado tarde. El pueblo había decidido que mejor sería seguir con lo conocido. Que fuera malo o no es algo que, como pueden comprender, no me corresponde a mí decirlo.
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson    Sam renunció a su candidatura. Lo que ha conllevado mi reelección automática para el cargo. Así que, como soy agradecido, la primera medida de mi nuevo mandato ha sido sacar de la cárcel a los escritores participantes. Les he dicho que todo había sido una confusión y les he devuelto sus relatos. Al ver que sus nombres estaban borrados tuve que explicarles, con profundo pesar, las verdaderas intenciones de Sam Gaddis: pretendía robarles la autoría y venderlos a una editorial. Añadí que, aunque yo no tuviera ninguna responsabilidad en ello, como sheriff me sentía en la obligación de compensarles. A los autores masculinos les propuse pasar un rato agradable en el Ruby Clark, mientras que a las preciosas escritoras femeninas les ofrecí mis propias atenciones. Todo ello de manera gratuita, por supuesto.
    Como se podía esperar de personas tan cultas, preparadas y respetuosas, se negaron a una y otra compensación, manifestando su voluntad de abandonar de inmediato mi ciudad. No puse objeción, claro.
    Los he acompañado al tren y he esperado a que el mismo abandonara Potts County.
    Después he regresado a la taberna y me he tomado dos lingotazos antes de visitar el Ruby Clark para relajarme.
    ¡Oh! La puerta se abre y aparece la bella Dolly.
    No sería decoroso que permanecieran en esta habitación durante los próximos minutos,  tal vez una hora. O dos. Así que me despido de todos ustedes dejándoles, eso sí, el resultado de las votaciones.

MENCIÓN HONORÍFICA

DEL PUESTO DÉCIMO AL CUARTO

    El número que aparece entre paréntesis se corresponde al total de participantes que otorgaron la puntuación correspondiente.
10. Con 28 ptos. MATACHÍN, de Beatriz Vélez Ha sido votado por 8 participantes: 7 ptos. (2), 6 ptos (0), 5 ptos. (0), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (3), 1 ptos. (1).
9. Con 37 ptos. LA SABANDIJA, de Estrella Amaranto. Ha sido votado por 10 participantes: 7 ptos. (1), 6 ptos (1), 5 ptos. (2), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (3), 1 ptos. (1).
8. Con 37 ptos. DILES QUE APAGUEN LA LUZ, de Carmen Ferro. Ha sido votado por 10 participantes: 7 ptos. (1), 6 ptos (2), 5 ptos. (0), 4 ptos. (2), 3 ptos. (1), 2 ptos. (3), 1 ptos. (1).
7. Con 43 ptos. ¡BANG!, de Isabel Caballero. Ha sido votado por 10 participantes: 7 ptos. (1), 6 ptos (2), 5 ptos. (2), 4 ptos. (2), 3 ptos. (1), 2 ptos. (1), 1 ptos. (1).
6. Con 44 ptos. CUESTIÓN DE PRINCIPIOS, de Josep Mª Panadés. Ha sido votado por 10 participantes: 7 ptos. (3), 6 ptos (2), 5 ptos. (1), 4 ptos. (0), 3 ptos. (1), 2 ptos. (0), 1 ptos. (3)
5. Con 48 ptos. COMO EL ABUELO ME ENSEÑÓ, de David Serrano. Ha sido votado por 11 participantes: 7 ptos. (3), 6 ptos (2), 5 ptos. (1), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (0), 1 ptos. (3)
4. Con 65 ptos. EN MI DEFENSA, de Marta Navarro. Ha sido votado por 17 participantes: 7 ptos. (3), 6 ptos (1), 5 ptos. (1), 4 ptos. (6), 3 ptos. (1), 2 ptos. (1), 1 ptos. (4)

  Y el podium de ganadores es:

 Con 66 puntos se ha llevado el TINTERO DE BRONCE el relato ARAÑA Y MOSCAS escrito por José R. Capel.
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
  Este relato ha sido votado por 13 participantes:  7 ptos (3), 6 ptos (1), 5 ptos. (6), 4 ptos (1), 3 ptos. (1), 2 ptos (1), 1 ptos (0). Enhorabuena a José por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
    Con 75 puntos, se lleva el TINTERO DE PLATA el relato TITIRITERO, escrito por Bruno Aguilar.
GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
 Este relato ha sido votado por 18 participantes:  7 ptos. (1), 6 ptos. (3), 5 ptos. (3), 4 ptos. (4), 3 ptos. (5), 2 ptos. (2), 1 pto. (0). Enhorabuena a Bruno por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
   Con 89 puntos, el TINTERO DE ORO de la XXIII Edición dedicada a 1280 Almas y Jim Thompson corresponde a... UN GRAN DÍA, escrito por PEPE DE LA TORRE.

GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson
        Este relato ha sido votado por 18 participantes: 7 ptos (5), 6 ptos (4), 5 ptos. (3), 4 ptos (2), 3 ptos. (1), 2 ptos (1), 1 ptos (2). Enhorabuena a Pepe por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog y la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO, la radioficción sonora que será publicada en nuestro canal de YouTube y de Ivoox por Ramón Márquez, creador del blog NOVELESCO.

GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson

¡Gracias, Jim, por inspirarnos!


Próxima edición: REBECCA de Daphne du Maurier (Diciembre 2020)

    En noviembre regresan los Microrretos con un reto que os va a dejar... Así que dejamos descansar el concurso hasta diciembre con una nueva edición centrada en la mítica novela de Daphne du Maurier, Rebecca.


GALA DE PREMIOS XXIII EDICIÓN: 1280 ALMAS de Jim Thompson

ANTES DE IROS... ¡ESTAMOS EN HALLOWEEN!

    Pasar unos minutos de miedo siempre es una estupenda opción para pasar el rato, pero en estas fechas casi es una obligación deliciosa. Y para celebrarlo no se me ocurre una mejor opción que escuchando la nueva radioficción de nuestro canal de YouTube, obra y gracia de la fantástica voz de Ramón Márquez. En esta ocasión, dramatiza el relato La Puerta, de Pepe de la Torre, ganador de la XXI edición del concurso dedicada a El exorcista.
    Cerrad los ojos y disfrutad:


¡Saludos tinteros!

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas