¡Bienvenidos a la gala final de temporada! Como podéis ver ya tenemos todo dispuesto en nuestra sala de celebraciones para este fin de la fiesta literaria que hemos celebrado durante diez meses. La cosa está animada. Hace un rato llegaron los más de 70 autores que han participado a lo largo del año con alguno de sus relatos, reseñas o colaboraciones. Disculpad que estén un poco dispersos, pero entre copas y canapés la cosa se ha desmadrado un poco. Por supuesto podéis pasar todos los que queráis, basta con disfrutar de la lectura, ese es el único requisito para entrar a nuestra sala de… —¿Puedo pasar yo también? Perdonadme un momento. —Hola, cielo, ¿te has perdido?, ¿dónde están tus padres? —No me he perdido en absoluto y mis padres están viendo la televisión, comiendo pizza en el sofá. —Claro, pequeña. Pero es que esta es una fiesta para mayores. —¿No es una fiesta literaria? He escuchado perfectamente que ha dicho fiesta literaria no fiesta para mayores. Caramba con la niña. —Por cierto, ¿cómo te llamas, pequeña? —Me llamo Matilda, Matilda Wormwood.
GALA DE PREMIOS DE LA XXVII Ed. MATILDA DE ROALD DAHL
Desde luego que un adulto no tiene nada que hacer cuando se encuentra con un niño lo suficientemente insistente. Así que Matilda se nos une a la fiesta y ella, a cambio, nos ofrece su alegre sonrisa y sus ojos centelleantes. —¿Y todos vosotros escribís? —Al menos lo intentamos, inspirándonos en los grandes maestros que nos hicieron amar la Literatura. —Wow… Pensaba que a los mayores no les gustaba leer. Bueno... —Los ojos de Matilda brillan aún más—. En realidad pensaba que era la única persona que leía. ¡Hala! ¡Ese lo acabo de leer! Con la rapidez de un rayo, Matilda se dirige a la estantería donde vamos guardando todos los libros que homenajeamos en nuestro concurso de relatos. Se pone de puntillas intentando alcanzar Rebelión en la granja de Orwell. —¿Sabes que visitamos esa granja? —¡Wow! ¿De verdad? —Sí, fue el año pasado. En esta temporada hemos visitado otros lugares maravillosos y conocido a personajes fantásticos. —¡Enséñamelos! ¡Quiero ver todo lo que habéis hecho este año! —A lo mejor te resulta aburrido, y hay lugares que no son apropiados para una niña. —¡Ya! ¡Ay! Insisto en que no hay nada que hacer frente a una niña con la determinación de Matilda. ¿Nos acompañáis?
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