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GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS

Publicado el 01 noviembre 2021 por David Rubio Sánchez
GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS
¡Damas y caballeros! ¡Bienvenidos a una nueva gala de premios de El Tintero de Oro!     Lo siento. Pese a las circunstancias, no he podido resistirme a comenzar con esa bienvenida habitual en un tiempo que hoy parece tan lejano como irreal. Espero que estéis donde estéis en este momento dispongáis de comida, agua y suficiente aire limpio. No sé cuántos estáis escuchando mis palabras. Ojalá que seáis muchos; aunque no pueda saberlo, deseo creerlo.   La luz de la vela se consume rápido y no sé de cuánto tiempo dispondré hasta que una de esas alimañas detecte el leve zumbido del generador eléctrico que mantiene la rudimentaria emisora de radio, así que permitidme brevedad en esta nuestra última gala.   Eso sí, no os olvidéis de las medidas de seguridad habituales y permaneced en el refugio de los sótanos, a oscuras y, sobre todo, en silencio.


GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS

«Un día, podríamos recibir una señal de un planeta en esas circunstancias, pero deberíamos ser cautelosos en responder. Encontrar una civilización avanzada podría ser como cuando los nativos americanos se encontraron con Colón. Aquello no les salió nada bien. Si respondemos, podrían ser mucho más poderosos que nosotros y darnos el valor que nosotros damos a las bacterias»Stephen Hawking

En ocasiones, recurrimos a la casualidad para justificar simplemente nuestra torpeza a la hora de comprender las señales. Apenas han pasado treinta días desde que iniciamos el homenaje a Wells y La guerra de los mundos; tan entusiasmados y dispuestos a compartir historias de extraterrestres, como ignorantes de lo que se nos venía encima. ¿Quién podría imaginarlo entonces?
     Y, sin embargo, ha querido el destino que justo a la misma hora del mismo día en el que hace ochenta y tres años Orson Welles narrara una ficticia invasión marciana nos encontramos celebrando una gala literaria, con la única diferencia de que esa invasión hoy es real y debemos celebrarla escondidos, consumiendo nuestra última mecha de esperanza de supervivencia. 
    Resulta casi una broma que jamás nos llegara el anuncio oficial de que la Tierra estaba siendo atacada por unos extraterrestres. Ningún gobierno u organismo internacional llegó a comparecer para anunciar nuestra condena. A lo sumo, quizá para que nuestra mente fuera asumiendo poco a poco La Llegada, nos iban lanzando pequeñas dosis informativas, como esos vídeos desclasificados por el Pentágono en el que supuestamente aparecían objetos no identificados, pero sin afirmar su origen extraterrestre. ¿Cómo pudo llegar ese ejercito del espacio sin que nadie nos advirtiera de ello? ¿Tal vez nuestras autoridades pronto comprendieron que nuestra derrota era inevitable? ¿O guardaban la vana ilusión de que esa civilización llegara con unas intenciones pacíficas?

     Quizá, la culpa fue nuestra. Vivíamos tan apegados a nuestro día a día, a la falsa seguridad de nuestra omnipotente civilización que minimizábamos, y ridiculizábamos, cualquier información que pudiera ponerla en peligro. Hasta que ha sido demasiado tarde. Hechos que hace solo unos días aparecían de manera inconexa en noticias a pie de página o en secciones de curiosidades de la prensa, hoy adquieren una coherencia tan aplastante que parece una burla a nuestro entendimiento.
    Las trompetas del apocalipsis de nuestra civilización comenzaron a sonar —otra casualidad— en octubre de 2017. Mientras nuestra sociedad se crispaba en asuntos tan importantes como el último tuit de tal o cual político o famoso; mientras permanecíamos con la mirada embobada en lo cotidiano, el heraldo de nuestra destrucción surcaba nuestro sistema solar. Lo llamaron Oumuamua, explorador en hawaiano, y la comunidad científica lo etiquetó como un objeto interestelar, nada más. Algunos alertaron que su morfología era extraña, su forma de flecha y su trayectoria inteligente hacían posible que su naturaleza fuera artificial, pero pronto esos científicos fueron objeto de mofa, al menos públicamente.
GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS
    Pero fue a partir de entonces cuando se sucedieron noticias y hechos tan extraordinarios como en apariencia heterogéneos. En abril de 2019, el radiotelescopio Parkes de Australia comenzó a captar una débil señal de radio, procedente de uno de los planetas que orbita Próxima Centauri, la estrella más cercana a nosotros tras el Sol. Es en esta época donde se piensa que los gobiernos mundiales fueron conocedores de la inminente invasión alienígena. Parece ser que a partir de entonces se creó una comisión planetaria para preparar nuestra defensa. En la sombra, comenzaron a desarrollar planes de contingencia con varios frentes. El primero fue destinar buena parte de las materias primas y recursos energéticos del planeta para la construcción de armamento y refuerzo de nuestros ejércitos. Dicho proceso se realizó de manera gradual y siempre con una explicación convincente por si algún sector de la sociedad civil comenzaba a notar la reducción de recursos energéticos o productos, como cuando saltó la noticia de la falta de producción de microchips y semiconductores para los aparatos electrónicos, justificándose entonces con un supuesto agotamiento de minerales, de tierras raras, o una simple especulación en torno a los bitcoins.
    Curiosamente, las consecuencias del desvío de todos esos recursos solo alcanzaron repercusión en los grandes medios informativos apenas una semana antes de la invasión. La alerta de un desabastecimiento mundial de productos inundó los espacios tanto como comenzó a vaciar los estantes de los supermercados. En esos días, algunos gobiernos, como Austria, ante la inminencia del ataque, comenzaron a aconsejar a sus ciudadanos que se proveyeran de reservas de alimentos y agua para dos semanas ante el riesgo de un posible apagón y colapso eléctrico mundial. ¿Remordimientos por su silencio? ¿Un último acto de piedad para la ciudadanía?
GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS
    Junto a ese plan basado en armas pesadas, parece ser que hubo otro por todos conocido. En diciembre de 2019, nuestros informativos comenzaron a emitir las imágenes de la construcción de un hospital de campaña en la provincia china de Wuhan. Se iniciaba la pandemia por el SARSCoV-2, un nuevo y peculiar coronavirus nacido, casualmente, a escasos diez kilómetros del centro mundial de referencia en su estudio: el Instituto de virología de Wuhan. Lógicamente, no se conocen los detalles, pero parece ser que la idea fue inspirada en Wells y su La guerra de los mundos. Según este planteamiento, el nuevo coronavirus habría sido concebido no como azote de la Humanidad, sino como arma biológica contra esa raza llegada de los cielos. Un plan en el que las vacunas se desarrollaron de forma paralela para intentar reducir los daños colaterales en nuestra propia especie.
    Sea como sea, los primeros ataques extraterrestres se produjeron, curiosamente, en las zonas del llamado Tercer Mundo. Oficialmente, se habló de ataques terroristas o conflictos bélicos locales; de inmediato, se aplicaron los habituales filtros informativos tanto en medios convencionales como en las redes sociales. Las pocas imágenes que lograban sortearlos, y en las que se veían gigantescas naves lanzando rayos, fueron bloqueadas como spam o fake news.
    ¿Por qué comenzar la invasión en las poblaciones más débiles? Quizá la respuesta sea que esos seres nos habían estudiado y comprendían nuestra naturaleza. Dejaron a las ricas y omnipotentes naciones del Primer Mundo para el final, esperaron que sus poblaciones se cocieran en la inquietud y el miedo para que ellas mismas se destruyeran solas. Tres días después de ese primer ataque, los alienígenas destruyeron los satélites de comunicaciones y con ellos la fastuosa y deslumbrante vida digital. El paradigma del progreso de la Humanidad demostró que se asentaba sobre unos cimientos de fragilidad extrema. En un suspiro, internet desapareció, los teléfonos móviles quedaron mudos y ciegos, la sociedad de la información se fundió en negro. Solo las modestas radios analógicas pudieron mantenernos mínimamente conectados. La vida se redujo a lo que nuestros ojos podían ver y nuestros oídos escuchar.
    Y lo que vieron y escucharon fue el pánico en las calles. Lejos de cooperar ante la adversidad, la amenaza inminente despertó lo peor del corazón humano. Algunos decidieron escapar a ninguna parte; otros se aislaron en la aparente seguridad de sus hogares. Pero, los más, convirtieron las calles en una jungla de saqueos, violencia y muerte. Para cuando las primeras naves aparecieron sobre nuestros cielos lanzando sus rayos, la desolación ya estaba instalada en nuestras ciudades.
    Este es el quinto día que permanezco en los sótanos de las instalaciones de El Tintero de Oro. Solo sé del exterior lo que algún que otro radioaficionado puede buenamente contar. No existe una descripción común sobre cómo son esos seres. Unos hablan de una morfología reptiloide, otros los asemejan a pulpos encorsetados en exoesqueletos, y hay quienes hablan de una capacidad polimorfa.
    En el fondo da lo mismo.
    Parece que la respuesta militar y tecnológica de nuestros ejércitos se ha mostrado insuficiente y, a estas alturas, es muy posible que ya no podamos contar con ellos para nuestra defensa. La posibilidad de que el coronavirus sea capaz de matarlos es, hoy día, más una esperanza que una certeza.
    Por nuestra parte, desde El Tintero de Oro hemos decidido ofrecer otra clase de respuesta a los extraterrestres, apelando a su misericordia o al menos a su curiosidad.
    Ojalá esta emisión sea captada por ellos, y que su tecnología sea capaz de descifrarla y hacerle inteligible el contenido de los relatos de esta edición, de las cincuenta historias que han participado y en cuyas líneas se esconde mucho de lo bueno que, a pesar de todo, es capaz de ofrecer el ser humano. Dios quiera que al escucharlas nos perciban no ya como sus iguales, pero si como unos seres a los que merezca la pena conservar y estudiar.
    Y si todo esto falla, si la desaparición de nuestra especie fuera ya inevitable, solo nos queda esperar que esos nuevos amos de la Tierra sepan cuidarla y respetarla como nosotros nunca fuimos capaces de hacerlo. Que sepan apreciar el enorme regalo que cada día nos ofrece el amanecer, que se dejen deleitar con la melodía del mar o estremecerse ante la majestuosidad de una montaña nevada; que gocen de los hermosos bosques y las impenetrables selvas; que convivan y se fascinen con todas las especies animales y vegetales que pueblan este bendito planeta de uno a otro confín.
    Que, en definitiva, amen el maravilloso paraíso que les va a acoger y del que, ahora sí, nosotros habremos sido expulsados para siempre.
Nota: Todo lo hasta aquí narrado es pura ficción. Al menos, a día de hoy.GALA DE PREMIOS XXVIII EDICIÓN: LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G. WELLS
¡Y estos son los relatos destacados en las votaciones!

MENCIÓN HONORÍFICA

DEL PUESTO DÉCIMO AL CUARTO    El número que aparece entre paréntesis se corresponde al total de participantes que otorgaron la puntuación correspondiente.
10. Con 33 ptos. GEORGIA 1861, de Beri Dugo (Blog Relatos de Beri). Ha sido votado por 10 participantes: 7 ptos. (1), 6 ptos (2), 5 ptos. (0), 4 ptos. (0), 3 ptos. (2), 2 ptos. (3), 1 ptos. (2) 
9. Con 37 ptos. MARTE, de Marta Navarro (Blog Cuentos vagabundos). Ha sido votado por 11 participantes: 7 ptos. (2), 6 ptos (0), 5 ptos. (0), 4 ptos. (2), 3 ptos. (2), 2 ptos. (4), 1 ptos. (1).
8. Con 40 ptos. EL ALETEO DE LA MARIPOSA, de Mirna Gennaro (Blog Isla de los Vientos). Ha sido votado por 9 participantes: 7 ptos. (3), 6 ptos (0), 5 ptos. (2), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (0), 1 ptos. (2).
7. Con 45 ptos. ELEGIDOS PARA LA GLORIA, de Carles Leo (Blog El páramo de Carles Leo). Ha sido votado por 11 participantes: 7 ptos. (1), 6 ptos (2), 5 ptos. (3), 4 ptos. (2), 3 ptos. (0), 2 ptos. (0), 1 ptos. (3).
6. Con 46 ptos. 21 DÍAS POR 21 GRAMOS, de Mik Way T. (Blog Cuentos del calamar lunar). Ha sido votado por 8 participantes: 7 ptos. (3), 6 ptos (3), 5 ptos. (0), 4 ptos. (1), 3 ptos. (1), 2 ptos. (0), 1 ptos. (0)
5. Con 57 ptos. ARMAGEDÓN, de Isan Bairu (Blog Una capa de barniz). Ha sido votado por 12 participantes: 7 ptos. (4), 6 ptos (0), 5 ptos. (3), 4 ptos. (2), 3 ptos. (1), 2 ptos. (1), 1 ptos. (1)
4. Con 61 ptos. EL ESTUDIO DEL DR. MELVIN, de Bruno Aguilar (Blog Mensaje de Arecibo). Ha sido votado por 13 participantes: 7 ptos. (2), 6 ptos (3), 5 ptos. (3), 4 ptos. (2), 3 ptos. (1), 2 ptos. (1), 1 ptos. (1)
    ¡Y, por primera vez en el concurso, el PODIUM de ganadores cuenta con dos Tinteros de Plata!
     Con 63 puntos comparten ex aequo el TINTERO DE PLATA el relato UN NUEVO AMANECER escrito por JORGE VALÍN.
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    Este relato ha sido votado por 14 participantes: 7 ptos (2), 6 ptos (4), 5 ptos. (2), 4 ptos (1), 3 ptos. (2), 2 ptos (2), 1 ptos (1). Enhorabuena a Jorge por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
    Con 63 puntos también se lleva el TINTERO DE PLATA el relato CABALLO DE TROYA, escrito por ALFREDO LUQUEÑO.
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 Este relato ha sido votado por 14 participantes:  7 ptos. (1), 6 ptos. (6), 5 ptos. (1), 4 ptos. (3), 3 ptos. (0), 2 ptos. (0), 1 pto. (3). Enhorabuena a Alfredo por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog, la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
   Y con 77 puntos, el TINTERO DE ORO de la XXVIII Edición dedicada a La guerra de los mundos y H.G. Wells corresponde a... CO2, escrito por ISABEL CABALLERO.
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      Este relato ha sido votado por 17 participantes: 7 ptos (4), 6 ptos (3), 5 ptos. (1), 4 ptos (0), 3 ptos. (8), 2 ptos (1), 1 ptos (0). Enhorabuena a Isabel por este reconocimiento que conlleva, además de este diploma digital que puedes colgar en tu blog y la publicación en la antología anual de EL TINTERO DE ORO.
    Por supuesto, os invito a disfrutar de todos los relatos participantes, tanto en la modalidad de concurso como la de fuera de concurso, además de las reseña de Marta Navarro y las colaboraciones de Miguel Pina, Beba Pihen y MJRU1Z a los que podéis acceder a continuación:

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Clica en la imagen para leer los relatos y colaboraciones


    Y con esto despedimos este fantástico mes dedicado a H.G. Wells con casi cincuenta relatos que desde luego harán las delicias de todos los amantes de la ciencia ficción en general y del subgénero invasión extraterrestre en particular. Gracias a todos los que lo habéis hecho posible con vuestras lecturas y, por supuesto, a todos los autores que habéis regalado vuestro talento e imaginación a esta iniciativa.
    Así que un fuerte aplauso para José Casagrande, Marta Navarro, JM Vanjav (por decuplicado), Isabel Caballero, Ana Piera, Josep Mª Panadés, Nuria de Espinosa, Daniel Edgardo Capurro, Alfredo Luqueño, Juana Medina, Cynthia Soriano, Beri Dugo, Mirna Gennaro, Carmen Ferro, Ewateam, Cristina Rubio, Beba Pihen, Ulises Castellano, Bruno Aguilar, Pedro Merchán, Francisco Moroz, David Serrano, Igor Rodtem, Mayte López, Isan Bairu, Carles Leo, Jorge Valín, Pepe de la Torre, Mik Way T., Raquel Peña, Emerencia Alabarce, Matilde Bello, I. Harolina Payano, El Baile de Norte, Miguel Pina, Javier Rodríguez-Morán, Ángel y MJRU1Z.

¡Saludos tinteros!
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