La 'Gazzetta dello Sport' desvelaba que Galliani, de 69 años, había dado ocho días de plazo al club para que preparase su salida y su finiquito, que dicen puede ser de 50 millones de euros brutos.
Debido a los compromisos políticos y empresariales de Berlusconi, Galliani ha sido prácticamente el presidente del equipo durante todo estos años, al ocupar el cargo de consejero delegado, vicepresidente, y supervisor del departamento comercial, pero también tiene un pasado en Finninvest, el 'holding' de 'il Cavaliere'.
La relación de Galliani con el Milan comenzó a resquebrajarse con la entrada de Barbara Berlusconi, que ha pasado de ser una discreta presencia en el Consejo de Administración del club a pretender llevar las riendas del equipo.
Pero la ruptura total fue cuando Barbara Berlusconi explicó que en las numerosas llamadas telefónicas con su padre sobre la situación del Milán, que se encuentra en la parte baja de la clasificación liguera, le pidió "un cambio en la filosofía de club" y criticó el último mercado de fichajes. Para los medios italianos esto fue como pedir "la cabeza de Galliani".