Este fin de semana pasado nos hemos dado un homenaje veraniego y junto a otra pareja de amigos hemos alquilado una casita rural en Huércal-Overa, Almería.
La casa era preciosa y hemos disfrutado todos mucho y descansado hasta llorar de alivio (sí, tonta que es una ains....)
Ya subiré más anécdotas y fotos del "retiro"; de momento dejo aquí este rato a media tarde en que los propietarios de la casa sueltan a las gallinas por la finca para que se den paseos y picoteen los higos chumbos que ruedan por el suelo. Me colé en su fiesta y merodeé entre ellas a mis anchas. No parecen tener miedo ni vergüenza con los huéspedes de la casa...
Son muy simpáticas las gallinas felices, como todos cuando somos felices....