El hombre agotado mira al infinito sintiendo las ganas de abandonar, pensando que si es hoy cuando lo deja y abandona, ya nunca más se sentirá con ganas de demostrar su amor.
Ese amor que desde hace años se ha convertido en una necesidad sincera de afecto, ella no se da cuenta que detrás del torpe cariño que él la profesa está un sentimiento más profundo y a la vez más sencillo, él la ama.
Ahora los dos se retiran por el camino que bordea la casa de campo dónde ambos hace años que viven. Matrimonio torpe y sin expectativas.
Me haces daño, grita el hombre pero su grito muere en su garganta, ni se atreve, ni sabe como decirlo. Triste como está, es capaz de dejarse llevar.