Ganas de todo y nada

Te escribía poesía para que entendieses cómo sería hacerte el amor. Cada mañana tengo ganas de colgarte en la pared para amanecer en medio de sonrisas. Sé que no podré acercarme a ti, me harás sangrar por dentro y no tendré quién recoja los pedazos. Pero en el fondo, el nosotros sigue pegado al viento que nace cuando nos encontramos y ya no sé si lanzarme a un mar sin fondo, o quedarme inundando cada rincón con palabras que lloran y alivian tanto caos. Tanta tranquilidad por fuera y tanto desenfreno por dentro, tantas ganas de la pasión de una despedida y tan pocas de que se llame despedida.