Dibujar es uno de los talentos que más envidia me dan porque soy totalmente nula. Cuento a menudo la anécdota de cuando mi hermana (con la que me llevo casi 15 años) me pidió que le dibujara un perro. Su cara era un cuadro cubista al ver "mi obra". Yo intenté convencerla de que era lo que me había pedido, pero ella, aunque pequeña, no era ciega ni tonta.
Así que cuando veo las maravillas que hacen con el lápiz Naza o Vanesa, alucino. Y de esta última os quería yo hablar, porque podéis contar con ella si queréis poner la guinda a la decoración de vuestras casas.
Algunos ejemplos de lo que hace: