Revista Diario
Todos los niños teníamos un rey mago favorito. El mío era Baltasar. La mayoría optábamos por él. Recuerdo que había niños, también, que optaban por Melchor. El rey ario. Caucásico. El primero. El viejo. El que abre la cabalgata. The boss. Pero ¿y Gaspar? ¿por qué ningún niño se sentía atraído por Gaspar? ¿qué tenía Gaspar de malo? Gaspar era, tan solo, el del medio... como el del medio de Los Chichos, como el que toca el órgano en Camela, como uno más de los quince de Mocedades. Gaspar, el rey triste, el antipático, el gris, el que nunca sonríe, el que asusta a los niños. Sí, Gaspar, ese individuo que, como me di cuenta luego, no le gustaba a nadie debido a su tacañería, era un rata: alguien que nunca traía regalos, pero que, eso sí, se bebía siempre toda le leche que yo, generosamente, le dejaba en un vaso.