Cuando se despertó vio como una piara de gatos la rodeaban,
Enseguida pensó que seguía dormida, soñando.
Se frotó los ojos y allí estaban inmóviles,
Observándola con curiosidad.
El más grande saltó sobre ella y se acomodó confiado en su abdomen.
- ¿Quien eres tú?
No podía creer que aquel gato enorme la estuviese hablando.
Pero no estaba soñando, le dolían las rodillas y notaba como las almohadillas de las patas
De aquel felino, se hundían en su estómago que rugía de hambre y nerviosismo.
- No lo sé.
Le estaba hablando a un gato.
Esto ya era lo último.
Sintió deseos de salir corriendo, de gritar y probar a espantarlos...
Pero optó por volver a cerrar los ojos
Con la esperanza de escaparse, de saltar de sueño en sueño.