Como el aroma del puerro enano cuando se funden en los
labios disfrutando un beso amado, les traigo un cuento mundano
que me tentaba hacia años para que lo imaginara contándolo. Y
sus protagonistas son bardos bohemios que me encontré
enamorando a unas guitarras con brazos, caderas anchas y
orgasmos mágicos; cielo de negro y estrellado al dibujarlo…
Sol eclipsado; y luna de cantos románticos.
Por aquel parque del viejo barrio, donde los Milsueños brotan
ávidos, al ser roseados con aliento a besos dulces de mango;
embriagados por los santos. Tarareando cual sinsontes, te canto
porque te amo; y si me gimes te opaco, porque me encantan
tus encantos cultivados. Las noches largas tocando saben a
divinos tragos; y a la lujuria de gatos por los tejados maullando.
Y sobre un banco reflejada se ve la sombra de un verso olvidado
al dedicarlo, sobre un tintero mojado bajo las ramas de un árbol
que languidece despacio. Molinos y aguas de mayo, tiempo al
tiempo hasta incrustarnos, paciencia dicen los sabios; y
esperanzas los humanos. Canta nostálgico un bardo porque su
voz se ha apagado; y desvive cuerpos gritando desangrados…
Te amo porque te amo, como trueno al pararrayo. Y si me bailas
te seduzco; y si te dejas te embrujo y entre boleros deliramos…
Y al pellizcarles sus pezones fotogénicos, las bailarinas modelos
vierten ceniceros plásticos; y caen cigarrillos quemados oliendo a
fríos ya pasados, recordados conversando. Después de fumarse
el banco repitiendo nos hablamos tanto que nadie puede acallarnos;
que ahora me sirve de azotea de teatro con sus parcos. Por donde
sus pies descalzos zapatean apurados, bajo arcos retumbando…
Se van y vienen; y al regresar ya pecaron y eyacularon disfrutando.
Y el yo te amo reiterado se hace canto; y el coro despierta al juez
del vecindario. Donde muchas cenicientas ebrias, hechas cenizas
y a ciegas; se inmolan como tórtolas de alcoba, arrullando el
dulce ardor del arrebato. Como guitarras con brazos que al tocarlas
erizadas suenan alto, cautivando hasta los gatos trasnochados que
saltando en los tejados ven milagros; como en los cuentos de antaño.
Y susurran cual poetas, sin desmayo. Porque queremos maullamos
y como bardos encantados no paramos; hasta que cantan los gallos.
Pero aun no han terminado, falta el acto consumado de estos cantos.
Tocan al alba la sinfonía del patio, sueltan alas los gorriones
cabizbajos, la comarca despejada aun no reclama, los amores de
parranda cuestan tragos; juergas con damas mojadas, magia sin
trampas y versos refinados. Las nostalgias se disipan ahuyentadas; y
las estrellas se pintan de azul claro, antes de escaparse con astros. Y
los gallos esperados, cantan al mañana un yo te amo quiquireandolos.
Ya los bardos y los gatos se marcharon, tarareando y maullando el
mismo canto; nos amamos y gritándolo, juramos no olvidarlo.
Picture Courtesy Michel Benoit DANCE & CO STREET JAZZ CoCo CumBo, Vanessa Bedhouche, Mèg Bénitez, CoCo CumBo, Mariie Gueriinii, Sabrina Choupie y Wendy Pieri
Web du Photographe: http://www.lookandlike.book.fr/
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