Revista Literatura

Generosidad con levadura

Publicado el 26 febrero 2016 por Leon

Erase una vez un hombre que vivía en una vieja casa. Era mayor ya, y estaba solo junto a sus recuerdos. Pero no vivía triste, aceptaba todo lo que la vida le daba, y estaba contento con todo lo que había hecho en su vida. Además se alegraba mucho cuando venían a visitarles sus hijos y sobrinos.
Tenía algunos hobbies, como cuidar las plantas o jugar a la petanca con sus vecinos, y también una curiosa manía, consistente en comprar cada día una gran pieza de pan para comérsela. Decía que le recordaba al tiempo en el que pasó mucha hambre, cuando se agarraban a los trozos de pan que encontraban como si fuesen parte de ellos mismos. El pan era todo lo que tenían en esos momentos, lo más importante y lo más grande, y le gustaba recordarlo cada día.
Pero para asombro de su sobrina pequeña, que fue a visitarlo un día, no solo se comía ese pan que compraba, sino que además lo dividía todo en pequeñas migajas que iba repartiendo por toda la casa.
- Abuelo – le dijo la niña – me contaste una vez que ese pan lo comprabas para acordarte de cuanto lo necesitabas antes. ¿Por qué lo tiras al suelo?
El hombre le hizo sentarse con él, y le pidió que guardara silencio. Al rato los dos vieron como un pequeño ratoncito empezaba a recoger las migajas.
- ¿Ves a ese ratoncito, lo feliz que está? – le dijo a su sobrina – Ahora mismo siento que este pan es, para mí, algo realmente grande, ¿por qué comérmelo yo entero? – y le entregó un trozo a la niña, que empezó a comérselo con una gran sonrisa. - ¿Ves?, no solo hago feliz al ratoncito. Este pan puede simbolizar lo más grande e importante de todo, pero no es nada si me lo quedo yo. Precisamente es en los demás cuando realmente este pan se convierte en aquello que me hace feliz-.
Y la niña, terminándose el trocito, le dio un gran abrazo y se fueron a comer con toda la familia, que había venido de visita. Y el pequeño ratoncito, junto a otros compañeros, siguió recogiendo todas las miguitas que habían dejado los dos humanos, llenos también de amor hacia aquel desconocido.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas