Hoy hablaré de lo que todos sabemos. Ese ser que ha provocado que la gente se vuelva creativa, que conecte con familiares y amigos mediante la tecnología, incluso que haya reuniones de vecinos en urbanizaciones desde los balcones. El coronavirus.
Trataré de tocar la parte bonita de todo este asunto porque la de que se podía haber evitado antes, la gente apática que sale a la casa y todas estas situaciones no deberían de tener mayor relevancia. Al fin y al cabo ya no se puede evitar, así que, qué menos que ver el lado bonito a esto.
Yo por mi parte trato de ser lo más creativo posible. Sí es cierto que no noto tanta diferencia, pues por norma general paso bastantes horas en casa. Sin embargo, las horas de gimnasio, el paseo largo y tendido con mi perra o el quedar con mis amigos al final lo termino notando. Hoy mismo me puse a hacer algo de ejercicio con lo que pude y la verdad es que ha funcionado, mejor de lo que esperaba. Un par de bolsas de plástico, un par de piedras dentro y ya tenía mis mancuernas listas para hacer tríceps, hombros, espalda… Incluso aproveché unas escaleras para hacer cuádriceps. Quién no hace deporte es porque no quiere.
Aun así, la parte más creativa surgió ayer, cuando en Instagram decidí hacer un directo. En él propuse un juego. Yo escogía una palabra de un libro cualquiera, ellos debían decirme un número de página y el renglón. Después debía darles pistas para indicarles cuál era la palabra que yo escogí. Por ejemplo: si yo decía “día” la gente me respondía “noche”. Algo muy simple, pero terminamos echando más de media hora jugando.
Además de eso, acabé haciendo una vídeollamada con mis amigos. Nada inusual, no era la primera que hacíamos. Pero sí la primera en la que empezamos a jugar. Primero decidimos dibujar en 30 segundos lo que se nos ocurriera y los demás debían adivinarlo después. Fue raro, muy raro, pero nos reímos y mucho. También pudimos hacer un “arriba el lápiz”: debíamos elegir una letra y con ella teníamos que escribir una lista de cosas que propusimos (nombre propio, país, marca, comida, objeto…). Todos debíamos levantar el bolígrafo en cuanto uno de nosotros hubiera escrito con esa letra una cosa de cada. Entre unas cosas y otras se me pasó la tarde volando.
También está Netflix donde tengo un sinfín de series y películas en mi lista. Y bastantes libros por leer… Vamos, que no puedo aburrirme por más que quiera.
Y es alucinante la cantidad de gente creativa que hace más ameno este confinamiento. Los mini conciertos de diversos cantantes en sus redes sociales, los deportistas mostrando algunos entrenamientos para llevar a cabo en casa, las fiestas en los balcones y los memes y vídeos que hay por internet sobre el coronavid-19, entre muchas otras cosas, son la prueba más directa de la capacidad de creación que tiene el ser humano, además de la necesidad de socializar. También muestra la solidaridad que tenemos en este tipo de situaciones. A pesar del egoísmo que se ha podido demostrar en determinadas ocasiones, al final cobra más valor lo positivo que trae esta pandemia.
Posiblemente el final de este acontecimiento provoque un cambio a muchísimos niveles, nos llevará a la reflexión, cada uno sacará sus propias conclusiones. Y a nivel histórico será estudiado por futuras generaciones.
Lo que tengo claro es que ahora mismo, La Tierra, se llevará un pequeño descanso mientras nosotros estemos en casa.
#NuncaDejéisDeSonreír