Alfredo Landa murió el pasado viernes 10 de mayo a la edad de 80 años y fue galardonado entre otros premios, con tres Goya, dos por su interpretación en las películas "El Bosque Animado"(1987) y "La Marrana" (1992), ambas de José Luis Cuerda y otro honorífico por toda su carrera en 2007, que empezó en 1962 en "Atraco a las tres" de José María Forqué y terminó en 2007 con su última aparición en la gran pantalla en "Luz de Domingo" de José Luis Garci.
Pero si hay algo por lo que será recordado por siempre Alfredo Landa será por haber sido el protagonista de una serie de películas cómicas que no sabemos si fue por la crítica, por la industria o bien por el público que pasaron a formar parte de un subgénero bautizado como "Landismo".
Si algo así ocurría en las grandes ciudades, en los pueblos era mucho peor. Además, si tenemos en cuenta que debido al desarrollismo de los 60 y 70 las grandes urbes evolucionaban, por el contrario la España rural se iba quedando cada vez más atrás. La formación y el trabajo escaseaban por lo que mucha gente tuvo la necesidad de abandonar el pueblo para trasladarse a la ciudad en busca de una vida mejor, tanto en el sentido familiar como en el personal, lo que le llevó a creer a cualquier españolito de a pie que lo de vivir en la capital era sencillamente el paraíso, y muchos de ellos llevaron como buque insignia la frase "Cualquier cosa que quedarse en el pueblo será mejor" y este Español Medio reprimido estuvo representado con maestría en la figura de Alfredo Landa.
La primera tira de hoy de GOLFA O MATINÉ homenajea al landismo, al actor que le puso nombre y a una de sus películas más populares "Vente a Alemania Pepe" de 1971 y dirigida por Pedro Lazaga que nos traslada a la época actual, pues los españoles ya no es que quieran salir del pueblo, sino del país. La historia lamentablemente se repite y no es lo mismo emigrar por gusto que por necesidad, y esta bien recordar que hubo un tiempo en que España fue un país de emigrantes.
La siguiente perdida de la pasada semana también es otro actor, pero de doblaje. Constantino Romero nos dejó ayer domingo día 12 repentinamente a la edad de 65 años. Locutor de radio, presentador pero sobretodo actor de doblaje, él fue hasta ahora la voz en español de Clint Easwood o Arnold Schwarzenegger y a pesar de ser un rostro público muy popular debido a sus trabajos en televisión y en publicidad, su profesionalidad en el campo que le ha dado más satisfacciones logró lo que parecía imposible: creer en los personajes a los que presto su voz y acallar a muchos agoreros amantes de la versión original, pues cuando algo está bien hecho no hay discusión posible.
El mundo del doblaje en España se ha quedado huérfano, "La Voz" se ha callado para siempre, pero siempre nos quedará la satisfacción de poder cambiar la opción de audio en nuestros reproductores para poder oírle una vez más.