Un genuino aficionado al cine que se precie ha de ser también un coleccionista de películas y esto acarrea el tener que hacer una parada obligatoria a todo tenderete, tienda o mercadillo donde vendan "restos" del séptimo arte en pos de la búsqueda, captura y rescate de alguna rareza o chollo que se nos cruce, y si esto puede ser por partida doble mejor que mejor.Así que no despreciéis el puesto de los saldos, quizá os encontréis con alguna sorpresa.
P.D.: Lo de la cuarta viñeta me ocurrió de verdad; nuevecitas y en un mercadillo.