Hoy es un día que paseando por los rincones de la esperanza, me he encontrada al pie de la alhambra a un familia compuesta a veces y otras rota, y entre los hijos de Baco, la pequeña sentada frente a una mesa intentando conocer el bien y el mal de una familia nacida bajo bajo el auspicio del arte, a su potente madre delgada y enjuta que conociendo bien los beneficios del elixir de la creación, se siente impotente ante la pared de una hija sentada frente a una mesa intentando conocer los beneficios del bien y del mal.
Y por ultimo a un marinero italiano que busca sin cesar el horizonte que divide el mar y la tierra, pero no sabe, que por los rincones de una casa con vistas a la ladera, también puede ver el agua fresca del Darro.
Y yo me froto los ojos ante tanta vida, que apago en un pastel de chocolate, y que por no gritar y pedir a la vida que me salve de mi, que me acerque cada vez más al sosiego de las aguas calmas, al ronroneo de un reloj de cocina, y al sudor de una cuesta en el Albaicín.