El 8 de enero me llegó mi muestra de Grinti, acompañada de una preciosa postal que, en letra manuscrita, decía así:
Hola Miguel,
Aquí lo tienes, una muestra de mi té favorito, el “rocío de jade”, gyokuro lo llaman los japoneses. Es parecido al té verde, sin el sabor amargo. 3 semanas antes de la cosecha las plantas se cubre por arriba y por los laterales para que no les llegue el sol. El resultado es una hoja más fina, más verde, más dulce y dicen que también más saludable. Lo que yo noto es la energía que aporta, así que mejor por las mañanas, en vez del café.
En cuanto lo leí me preocupó el sin su sabor amargo. Yo conocía tres tipos de té verde: el matcha, mi favorito, el sencha y el batcha y los tres tienen su amargor. Y me gusta que tengan amargor, ¿qué clase de té herético me estaba vendiendo esta mujer llamada Valentina? Bueno, regalando.
Así que lo preparé, por la tarde, bueno porque no podía esperar. Además de que por las mañanas no tengo tiempo para disfrutar un té como Dios manda, con su tranquilidad y eso porque a las siete en punto toca estar en la oficina. En fin, seguí más o menos las instrucciones. Están venían bien especificadas en el paquete y mejor aún en la postal:
La muestra te da para medio litro y las puedes infusionar 3-4 veces con agua a 60º,78,80ºC, tiempo de infusión 4 minutos. Juega con las temperaturas y el tiempo para descubrir tu favorito.
Bueno pues mi favorito fue hacerlo a la canaria, es decir pongo el agua “calentita” durante un “ratito” y ya “queda bueno”. Mi resultado fue un té que olía muy bien, con bastante cuerpo, aunque menos que el sencha, muy potente, pero con un amargor que estaba ahí, aunque de forma mucho más sutil que cualquiera que haya probado hasta ahora. Ni decir tiene que no agregué edulcorante ni azúcar alguna y que el agua era de manantial. Tampoco puse el té en ningún filtro, sino que lo colé según lo servía de mi tetera, pero eso es preferencia personal.
¿Conclusión? Yo que sé, soy solo un humilde amante del té. A mí me gusta y mucho, tiene la calidad de mi matcha de ceremonia de primera categoría que me hago traer de Japón, o eso me parece a mí, es muy intenso y te deja alegre. Me sigue gustando más mi matcha, pero este es muy bueno. O eso creo yo. Además me parece mejor para iniciar a los amigos, ya que no parece “raro” a diferencia del matcha. Si fuera para eso usaría un poco más de agua, o usaría una segunda infusión.
Cositas que me gustaron
- La postal manuscrita
- Instrucciones claras
- Filtros de papel de regalo
- Envase hermético
- Sobre impreso a mano
Detallitos, que no sé si Vale será capaz de mantener para el público en general, pero que sirven para reafirmar la sensación de estar tomando algo más que té. Muy bien hecho, Vale.
¿Es caro? Sí, mucho. Sin embargo, si dura lo mismo que mi Matcha (una bolsa me dura un año) merecería la pena (y más aún si lo comparamos con un té barato de supermercado, a ver lo que vale la bolsita por peso). Eso sí, me gustaría que vendiera bolsas más pequeñas, ya mi infusión diaria la saco de mi jardín —hierbaluisa— y un té de esa calidad es para ocasiones especiales.
Y sí, Vale es amiga mía, amiga virtual pero amiga. Y no, no me paga por esta entrada.
Más información, como no, en el blog de grinti.es.