He pasado un finde chachins chachins en Madrid repleto de risas y de rizadas, tan sólo oscurecido por el lamentable incidente de Eurovisión: el popular Jimmy Jump se coló en la actuación de Daniel Diges, nuestro representante.
No soporto las injusticias. Es más fuerte que yo, me indigna, porque estoy segura que a todos nos hundiría ver cómo se nos fastidia todo por lo que hemos luchado en un momento... que se nos escape de las manos, que no podamos hacer nada para impedirlo. Y eso es lo que sintió seguramente Daniel cuando el simpático espontáneo saltó al escenario y se colocó, burlón, entre él y el público.
Me parece una falta de respeto y consideración. Si ésto hubiese pasado con Rodolfo Chiquilicuatre, pues mira, igual hubiese sido un añadido gracioso a nuestra actuación eurvisiva. Pero con Daniel Diges ha sido una verdadera putada, y perdonadme por la expresión.
Ahora que todo ha pasado, en lugar de recordarle como "el chico que cantó genial en Eurovisión y que nos representó con orgullo", será "el del espontáneo".
Por eso, como sigo molesta y además en fareborn vosotros los graciosillos os seguís apuntando a grupos del tipo "un payaso con peluca de rizos se coló en la actuación de Jimmy Jump", pues hasta que no se me pase el mosqueo no tendré ganas de contaros mis miserias. Ea.
A todos los que os cachondeáis: que os la pique un pez, o un pollo, o una oveja.
Procurad no tener vuestro minuto de gloria en la vida cerca de mí, que veréis lo espontánea que puedo llegar a ser.