Revista Literatura

Guardando tus sueños

Publicado el 02 noviembre 2010 por Merche

GUARDANDO TUS SUEÑOS

Con movimientos torpes, subes las escaleras que dan a tu dormitorio.

Comienzas la no fácil tarea de quitarte la ropa, hasta que llega al cinturón que adornan tus pantalones, allí intentando que la hebilla ceda a tus deseos, cejas en el empeño y te deja caer sobre la cama.

Sobre ella, cierras tus ojos y en un mundo de imágenes distorsionadas, donde se mezclan las reales con las fantasías, el sueño hace su aparición.

Transitas por un mundo nuevo, por un mundo donde lo irreal se hace real, donde no existe el mal estar y los personajes adquieren formas intangibles.

Música que acompaña a los paisajes, bonitas playas con aguas azules y animales marinos hacen llegar hasta ti unas enormes ganas de zambullirte en el agua, lo haces, poco a poco el agua va cubriendo tus pies, juegas con ellos y ves como en un momento estos, anclados en la arena dejan huella, una huella que  se ahonda en la arena para luego cuando los levantas desaparecer, sigues andando mirando atrás para asegurarte de que has estado allí, corres en busca del los enormes brazos de la mar que te llaman para acogerte, y te dejas caer hasta que te envuelve, te acuna y te duerme.

De pronto sale del agua un enorme criatura marina, cara de mujer y cuerpo de león, grandes garras hacen que tu cuerpo se estremezca cuando lo ves, un enorme gruñido hace que asomen sus dientes que son grandes y afilados, te intimida, te asusta y sientes miedo, paralizado , te quedas observando la escena, mide tres metros y tu a su lado eres insignificante, pero en un acto de valentía te alzas con fuerza y plantas cara. La criatura se estira para demostrarte su poder y grandeza y para decirte que es más grande que tu, que tiene más fuerza y más poder. Sin saber como ni porque te transformas en un niño, con unos enormes ojos oscuros y al verte pequeño indefenso ante tal ejemplar, lloras , lloras desconsoladamente y solo asoma a tu boca una sola palabra ¡¡por favor no!!.....

En ese momento él se acerca mucho más a ti, casi no se te ve dado su tamaño, levanta una zarpa, donde sus garras estiradas y afiladas se dirigen a ti. Tú después de abrir al máximo tus ojos los cierras fuertemente y pones tus manitas sobre ellos para en un acto reflejo tratar de protegerte de la agresión. Pero justo cuando las garras se van a poner en contacto con tu blanca y delicada piel..... Convertida en Pegaso, ese Pegaso que tantas veces a asomado a tus sueños me transformo y con mis patas doy un certero golpe en la cara de tan despreciable ser, aturdida se balancea, yo te tomo con mis alas y te abrazo, para que te sientas protegido y notes el calor de mi corazón, pero ella no ceja en su empeño y quiere arrebatarte de mis alas, la miro fijamente a los ojos, unos ojos verdosos y felinos a la vez que de su interior sale un gruñido desafiante, pero yo la mantengo la mirada abro la boca y con una voz que ha retumbado en todo el planeta la digo ¡¡ No te dejare hacerle más daño, vete!!

Es difícil explicar como en ese mismo momento mis patas se convirtieron en unas patas de acero, relucientes y plateadas, con una gran fuerza, la fuerza que le da mi afán de protegerte y el cariño que te tengo, de nuevo una patada y otra más, tu no lo ves, mis alas tapan tus ojos ante el horror hasta que ella dice ¡Es mío suéltale! Y yo contesto con otra patada más diciendo ¡¡Jamás volverás a tenerle, jamás mientras yo esté viva!! Fue en ese momento cuando un circulo de fuego nos rodeo y las llamas llegaron a ella prendiéndola fuego y haciéndola desaparecer.

Emprendo el vuelo, despacio, ligero y subimos hasta quedar cerquita del lucero que tanto te gusta, allí, despliego una de las alas que te guardan y veo como tus ojos cerrados y tu respiración lenta me advierten de que te has quedado dormido, suavemente inicio un descenso hasta la ventana de tu habitación donde despacio entro y te poso sobre tu cama, te miro.. ya no eres el niño, ya eres el hombre que aún hoy a pesar del tiempo tienes esos sueños que te transportan a la niñez que sufriste, entonces yo no pude hacer nada pero hoy ¡ Jamás! Permitiré que te vuelvan hacer daño, por eso velo tus sueños..


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