Fuente: mediateca.educa.madrid.org
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la dosis diaria recomendada como máximo es de 5 g de sal (son 2 g de Sodio, que es el elemento perjudicial). En España -somos el segundo país en consumo de sal de Europa- el consumo medio de sal es casi el doble de lo recomendado por la OMS (9,8 g según el Libro Blanco de la Nutrición en España, de la Fundación Española de la Nutrición) y se estima que más del 80 % de la población consume más sal de la aconsejada.
Se ha demostrado que una reducción en el consumo de sal es una de las formas más sencillas y eficaces de disminuir la incidencia de enfermedades derivadas de la hipertensión (Ictus e infartos). Si rebajásemos el consumo de sal a los niveles recomendados por la OMS, podríamos evitar 20.000 accidentes cerebrovasculares y 30.000 eventos cardíacos, es por ello que la batalla contra la sal no ha hecho más que empezar.
La sal o el consumo elevado de ésta, está relacionada con 2,3 millones de muertes debidas a enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares durante 2010 en todo el mundo (Informe en Circulation), lo que viene a representar un 15 % de todas las muertes por estas causas.
Un error frecuente es no tener en cuenta la "sal oculta" en los alimentos (tendemos a ver sólo la sal añadida), se le conoce como "sal oculta" porque desconocemos la cantidad de sal que ingerimos. Un 75% de la sal que consumimos en nuestra dieta proviene de alimentos procesados y consumidos fuera del hogar. En la tabla siguiente se muestra el origen del Sodio que consumimos en nuestra dieta. Dentro de la categoría miscelánea se incluyen cubos de concentrado de caldo, sopas de sobre, salsas y snacks.
Fuente: Encuesta Nacional de Ingesta Dietética (ENIDE) Desde la industria alimentaria se están dando pasos importantes para la reducción de sal en alimentos procesados, como ya ha ocurrido en el sector panadero. En el pasado verano, tanto la Confederación Española de Detallistas de la Carne (CEDECARNE) como la Asociación de Fabricantes y Comercializadores de Aditivos y Complementos Alimentarios (AFCA) han llegado a un acuerdo con la AESAN para reducir el contenido de sal y grasa en derivados cárnicos en el plazo de dos años. Concretamente, el porcentaje de reducción es de un 10% en sal y un 5% en grasas.
Por parte de la AESAN también se está contribuyendo a fomentar un menor consumo de grasas y sal e impulsar hábitos de vida saludables mediante el Plan Cuídate+., presentado el pasado mes de Noviembre. Me alegra ver que, tanto los organismos públicos como las empresas alimentarias se alían hacia una reducción de uno de los grandes agravantes de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que repercutirá de forma muy importante en nuestra salud y bienestar.
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