Consolar con la suavidad que emana de un acto de este calibre, es algo que deberíamos aplicar con mayor frecuencia, pues la energía que desprende la entrega de un beso, un abrazo, un roce, un tierno contacto visual, construyen fortalezas indestructibles de amor.
Pequeños grandes actos que nos hacen vencedores. Siembran esperanza. Son recetas que nutren nuestra felicidad.
Estos guiños al amor, logran que la paz se asiente en nuestro interior, invitándonos a liberar al alma, a continuar, a no desistir: a tener fé.
…”lo bueno y lo que importa está en los besos…
Y párate a ver,
los que te quieren no miran eso.
Sólo quieren ver ese guiño de ojos
sin complejos”…
