Que sí, que ya sé que el problema es mío… que si quiero entender algo que no esté en español, ya existe el diccionario o traductor (que de bien poco valen)… que las monjas debieron haberme enseñado el inglés y no el francés… que en lugar de trabajar desde los 17 años, debí viajar a algún país anglosajón para adquirir una mayor cultura idiomática y ambiental… que cada uno escribe como le apetece… que el inglés es el idioma universal… pero aún así ¿es normal que abra mi cuenta de Twitter y no pueda comprender absolutamente nada de lo que allí está escrito? Y aviso que no sigo -por lo mismo- a nadie que no hable español…
Hoy, concretamente, he abierto y cerrado bastante indignada y pensando en dar de baja la cuenta: el esnobismo de algunos me supera, sobre todo cuando es innecesaria tanta demostración de conocimiento políglota. Si no sabes inglés, no eres nadie y no mereces saber qué escribo, parece que quisieran mostrarte… a diario. Yo conozco la taquigrafía estenital, y ¿qué pasaría si utilizara (si se pudiera) en todos los medios la enseñanza que me permitió encontrar un trabajo de secretaria a los 19 años? (También por la extravagancia del jefe en cuestión, admirado de que una chica joven supiera escribir sus discursos en algo similar al sánscrito para él). ¡Sería absurdo!
Comprendo (faltaría más) que quien sea británico, estadounidense, canadiense, australiano, sudafricano, etc., etc., etc., escriba y se exprese en su idioma. Lógico. Por eso tiro de coherencia y no sigo/leo a nadie proveniente de esos lugares que no sepan castellano. Lo que no concibo es que quien sea hispano-parlante, y sabiendo cuál es su público, se empeñe en escribir o titular utilizando la lengua de Shakespeare.
Sigo únicamente a catorce personas en Twitter, y todas han nacido en España y saben hablar español. Lejos de querer exhibirme cruzada de brazos y con los morros puestos, esta entrada es sólo un ruego… por favor, amigo tuitero: háblame en tu idioma, que es el mío también o, al menos, espera a que mi hija Alicia empiece (y acabe) la carrera que ha decidido estudiar: Filología inglesa…
¡Agh!