Revista Literatura

Hacer bien y bien hacer

Publicado el 31 agosto 2011 por Migueldeluis

El hábito constante de hacer el bien no se alcanza sin la costumbre del buen hacer, ni la virtud se perfecciona sin la práctica frecuente de las múltiples obras de virtud. – Richard Hooker

Y ya el sacerdote Richard Hooker1 me ha hecho el artículo de hoy. Lo único que resta es un comentario.

La primera parte merece especial reflexión: El hábito de hacer el bien no se alcanza sin la costumbre del buen hacer. Suponemos que uno puede ser bueno y descuidado ¿Hasta que punto es verdad? Vamos de ecologistas al bosque y encendemos un fuego, por que bueno, tampoco va a pasar nada… Compramos un regalo en el último momento y sin pensar en la persona a quien va destinado. Nos hacemos voluntarios y pensamos que tampoco hay que matarse a trabajar, ya somos mejores que los que se han quedado en casa. Instintivamente estoy de acuerdo con Hooker; quizás no pueda establecerse una demostración estricta; quizás uno pueda ser un boyscout atolondrado que hace un montón de buenas obras, pero pensadlo, ¿si nos fijamos en el sufrimiento de los demás, no nos deberíamos también fijar cómo ejecutamos la labor de nuestra ayuda?

Es verdad que cuando uno se mete a voluntario, por ejemplo, muchas veces tiene que trabajar en cosas en las que tiene poco conocimiento y formación. (Ya sé que no debiera ser así). Y claro las cosas salen mal. O que te hunde el cansancio o los sentimientos.

Esos defectos tienen remedio; y su remedio pasa por el buen hacer. El buen hacer del aprendiz, por ejemplo, no es que le salga todo bien, es poner todo su empeño en aprender, sabiendo que la experiencia no la da el calendario sino el enfrentarse a múltiples oportunidades de crecimiento. Los sentimientos en situaciones fuertes hay que aprender a manejarlos, o buscar ayuda.

También es verdad que los hay más rápidos que otros y que algunos somos más torpes que otros con las manos. Nada de eso es excusa, sino que debería ser acicate, para que intentemos hacerlo bien.

Lo que denuncio es la actitud del que piensa que “ser bueno”, es una camiseta que te regalan por ofrecer tu tiempo. O que el café de los compañeros se puede hacer de cualquier manera, que ya te estás ofreciendo, y limpiar los cacharros que lo haga otro. (O un poquito de agua para dar de beber a las bacterias y a correr).

O visto de otra manera. ¿No es la devoción al trabajo bien hecho, cuando se dedica a otros, una cosecha del amor? Y es que la excelencia no es cosa de gente de corazón de caja fuerte. Si así parece es porque nos lo han robado, porque la excelencia es de gente de amor. ¿Quieres hacer el bien? Bien haz.


  1. Richard Hooker fue uno de los teólogos anglicanos fundamentales y sus obras hablan de un cristianismo tolerante que deberíais conocer. ↩


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