Revista Diario

¿hacer cosas?

Publicado el 10 septiembre 2023 por Evamric2012
¿HACER COSAS?

Hoy por hoy hay que hacer cosas, (muchas) atolondrarse, tener la agenda hasta los topes, salir de viaje adonde sea, y a poder ser todos los fines de semana, hacerse selfis haciendo cosas, ya sea comiendo, cantando, en el gimnasio, o sentado en un bar esperando hacer más cosas. Metros, reuniones, autobuses, conciertos, taxis, cine, expos, conversaciones, visitas, citas:  hacer cosas, y más cosas. 

Y, ¿para qué tanta cosa?

Reivindicar el aburri-miento hoy se ha convertido en un acto políticamente incorrecto; decir no he hecho absolutamente nada cuando nos preguntan ¿qué hiciste? va en aras de llegar a ser sinónimo de fantasma, espectro, invisible, transparente, insípido e insustancial, de estar muerto en vida, vaya.

Reivindicar el país de las Batuecas,  estar en limbo, disfrutar de la calma y la serenidad,  y de la paz, del soslayo y la torpeza de cada gesto,  del adormecedor sonido del silencio, de la irresponsabilidad;  disfrutar del goce  de no tener que estar frente a alguien y presentarle nuestras mejores galas y nuestra mejor cara de manera falsa e hipócrita para mantener una conversación insustancial; quedarse uno a solas y entablar soliloquios consigo mismo, tropezarse con la imaginación sin haber tenido que buscarla de paseo, dedicarnos ese instante de magia egoísta;  poner el stop,  y marcarle un fielato a la autovía  del corre-corre y la rutina,  y a nuestro aturullado pensamiento  que sólo sabe de contradicciones y des-dichas; observar la vida y dejar que pase, dejarla que vaya a su aire, y  abandonarnos a haraganear, a saltarnos la cita intempestiva, y todo lo más consentirnos  abrir el grifo de la bañera, oler la ropa recién tendida al sol, prepararnos una limonada casera bien fría, escuchar las aspas del ventilador y el susurro del aire que baña la piel; cerrar las escotillas a cualquier tipo de redes; y escribir, y contar como bálsamo a la desilusión y al desaliento,  y al prosaísmo que nos circunda, nos duele, o nos torea con su falta de delicadeza e imprevistos, a través de esa manera tan suya de arrastrarnos a la mísera realidad que nos rodea, y sin filtro alguno; escribir como triaca contra los muros y las voces estridentes que nos van levantando sin pedirnos permiso,  en sí  ya es: “ Hacer cosas”, ¿o no?


 I Vitelloni. F.Fellini, 1953.




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