“Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento”. Así definió Basho, padre de este género poético, las composiciones de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas cada uno, que tan delicada y brevemente detallan un instante de nuestra realidad o nuestra imaginación. De lo que vivimos, o de lo que anhelamos vivir…
Tengo la suerte de contar con la amistad de una experta en Haikus, como es Pilar Alcalá, poeta y amiga, y de ella me valdré para enseñaros este arte literario japonés. También hará su aportación Concha Rodríguez, mi querida fotógrafa, e incluso yo misma, para finalizar la entrada.
Que los disfrutéis, y si os animáis, podéis comentarme vía Haiku…
-Poemas de Pilar:
Y las agujas
de todos los relojes
cosen las horas.
Yo voy pisando
colores del otoño,
alfombra de hojas.
Sobre el teclado
los dedos del pianista
hacen cosquillas.
La noche avanza
coronada de estrellas
buscando el alba.
¡Cuánto te quiero!
¡Improvisadamente
y hasta mi muerte!
Vi el arcoíris
septeto de colores,
con sol, sin luna.
Y yo te espero
como una alegre alondra
que canta arrullos.
Claro milagro
de los enamorados
misterio alado.
De azul trazado
río que me atraviesas
los sentimientos.
Nana de haikus
me quedé dormidita
mecida en versos.
De los abismos
toboganes del tiempo
son tus dos ojos.
Un giro, un salto
de tul, gasa, organdí
vuela la música.
Con voz de música
palpita el corazón
de las estrellas.
Que te iluminan
las sonrisas del cielo
y las del mar.
De sol benditas
las amapolas tienen
cara de niña.
Todo es color
cuando tus lindos ojos
en mí se posan.
De piel azul
las libélulas vuelan
de madrugada.
De tu sonrisa
nacen hadas y gnomos
y un arcoíris.
Me traen tus besos
con aromas de viento
suspiros verdes.
La mar en calma
navegando en tus ojos
me estoy ahogando.
Será Poesía
ya lo dijo el poeta,
si hay misterio.
Un lienzo pulcro
es la página en blanco
sueño de versos.
La madreselva
del balcón de la rima
tupida flor.
De intensa luz
de luciérnagas ciegas
yo me ilumino.
Cuando me miras
me enciendes la piel
ardo en deseos.
Las amapolas
ruborizando pétalos
al sol saludan.
De tu arrogancia
trepo la enredadera
para besarte.
Ni tiempos muertos
que quiero estar contigo
por siempre siempre.
Para sentirte
me basta imaginarte
después amarte.
¿Quién vive en ti?
Dulces cisnes de luz
y de verdad.
Para acogerme
en tu piel nacarada
cada mañana.
Entre tus brazos
se ruboriza mi alma
cuando suspiras.
Dentro de mí
naces, vives y mueres
como la aurora.
Con tus pestañas
hago hilos de noche
para mis sueños.
De luna nueva
me cubro los deseos
para inventarte.
Y ver el mar
para ahogarme en tus ojos
sin respirar.
Se abren las aguas
se desborda el amor
nos abrazamos.
Rompe el silencio
tu rumoroso beso
sobre mis manos.
Caen tus lágrimas
dulces gotas del cielo
de tu mirada.
-Poema de Concha:
Achús, alergia…
Achús, amor florece.
Achús, porfía.
-Mi poema:
Par de sílabas:
nombre que Amor llamo,
nombre que sueño.