Se asegura que causó conmoción especial en el ánimo de Su Excelencia, el hecho de que su nombre no haya aparecido en el último listado de las 100 personalidades más influyentes del mundo que acaba de publicar la celebérrima revista Time. En Palacio Quemado, la tropa de solícitos cortesanos no encuentra el remedio eficaz -ni con mate de coca- para calmar la furia del presidente más trabajador de la historia que hace unos días volvió a hacer historia encabezando la marcha por el Día del Trabajador, demostrando con su esfuerzo corajudo que está dispuesto a quemarse la piel con tal de ver felices a sus gobernados. Sin duda, otro hito que sus escribas ya estarán bordando en un fino tapiz para que sea guardado en su museo personal de Orinoca junto a su colección de 500 ponchos.Que decíamos que, Evo el Austero, amo y señor del primer Imperio Plurinacional de los Andes (lo de los Incas y su Tawantisuyo era poca cosa, pues apenas eran cuatro reinos unidos) en un principio no le dio mucha importancia al asunto este de la listita de Time, tomando en cuenta que era una revista gringa y que por lógica iba a premiar a personalidades de los EEUU o de sus aliados europeos. Ni se mosqueó porque Beyoncé apareciera como la persona más influyente por sus piernas macanudas y su hazaña de mover al mundo al ritmo de sus caderas, a lo mejor ni la conocía a la escultural morocha. Dicho sea de paso, a nadie debería extrañar el derrotero de la prestigiosa revista ya que el año anterior también había premiado otras piernas, aunque flaquitas, igualmente por sacudir al mundo a través de sus regates y goles. Al monarca plurinacional le importaba un pepino que otras personalidades figuraran en la lista: ¿Alfonso Cuarón? ¿Serena Williams? ¿Amy Adams? ¿Hilary Clinton? , quién diablos serán, se preguntaba el gobernante menos lectorcito de la historia. “¿Obama? ah, el primer presidente negro de Yanquilandia, creía que era como mi hermano porque yo soy el primer presidente indígena de Latinoamérica, ¿no ve?, pero había sido nomás otro imperialista, vendido al capitalismo”, exclamó indignado. A continuación, siguió repasando: “¿Angela Merkel? ah, la gringuita de Alemania que me han dicho que es ruda como la presidenta Dilma, mejor ni me le acerco, che”… “¿Putin? ah, el hermano presidente de Rusia, que me ha prometido venderme helicópteros a precio de amigo, además me ha recibido con todos los honores en su palacio y ahora somos aliados como potencias del gas, ¿no ve?”... “Uy, también aparece el papa Francisquito, aunque no me cae muy bien el pelado, a pesar de que he ido a visitarle a Brasil para sacarme una foto con él y casi ni bola me ha dado, será que sabe que ando peleando con los obispos bolivianos”.Más o menos permanecía tranquilo el gran caudillo del arcoíris con los datos del ranking y hasta le aburría que tanto desconocido figurara en la lista. “Entre imperialistas se premian”, se consolaba a sí mismo. Cuando de pronto, se oyó un alarido desgarrador que movió los cimientos de palacio y espantó a las palomas, los únicos testigos de ese momento trágicamente histórico.Por un instante, Su Excelencia se había quedado lívido de la sorpresa al saber que algunos de sus colegas del vecindariofiguraban en la lista y por más que revisara de principio a fin, su glorioso nombre no aparecía, por lo que inmediatamente montó en cólera ante semejante afrenta a su sagrada figura: “¡Cómo van a premiar a la Michelle!, si solamente habla bonito y recién va por su segundo mandato; yo, dentro de poco voy a asumir mi tercer mandato consecutivo, y ¿acaso no han visto que he mandado pintar las paredes con el mensaje ‘Evo 2050’? ja, yo he venido para quedarme en el trono, ¡cómo no va ser histórico eso!”, bramó mientras sacudía enérgicamente las cortinas de sus aposentos.
Hamlet presidencial
Publicado el 05 mayo 2014 por PerropukaSe asegura que causó conmoción especial en el ánimo de Su Excelencia, el hecho de que su nombre no haya aparecido en el último listado de las 100 personalidades más influyentes del mundo que acaba de publicar la celebérrima revista Time. En Palacio Quemado, la tropa de solícitos cortesanos no encuentra el remedio eficaz -ni con mate de coca- para calmar la furia del presidente más trabajador de la historia que hace unos días volvió a hacer historia encabezando la marcha por el Día del Trabajador, demostrando con su esfuerzo corajudo que está dispuesto a quemarse la piel con tal de ver felices a sus gobernados. Sin duda, otro hito que sus escribas ya estarán bordando en un fino tapiz para que sea guardado en su museo personal de Orinoca junto a su colección de 500 ponchos.Que decíamos que, Evo el Austero, amo y señor del primer Imperio Plurinacional de los Andes (lo de los Incas y su Tawantisuyo era poca cosa, pues apenas eran cuatro reinos unidos) en un principio no le dio mucha importancia al asunto este de la listita de Time, tomando en cuenta que era una revista gringa y que por lógica iba a premiar a personalidades de los EEUU o de sus aliados europeos. Ni se mosqueó porque Beyoncé apareciera como la persona más influyente por sus piernas macanudas y su hazaña de mover al mundo al ritmo de sus caderas, a lo mejor ni la conocía a la escultural morocha. Dicho sea de paso, a nadie debería extrañar el derrotero de la prestigiosa revista ya que el año anterior también había premiado otras piernas, aunque flaquitas, igualmente por sacudir al mundo a través de sus regates y goles. Al monarca plurinacional le importaba un pepino que otras personalidades figuraran en la lista: ¿Alfonso Cuarón? ¿Serena Williams? ¿Amy Adams? ¿Hilary Clinton? , quién diablos serán, se preguntaba el gobernante menos lectorcito de la historia. “¿Obama? ah, el primer presidente negro de Yanquilandia, creía que era como mi hermano porque yo soy el primer presidente indígena de Latinoamérica, ¿no ve?, pero había sido nomás otro imperialista, vendido al capitalismo”, exclamó indignado. A continuación, siguió repasando: “¿Angela Merkel? ah, la gringuita de Alemania que me han dicho que es ruda como la presidenta Dilma, mejor ni me le acerco, che”… “¿Putin? ah, el hermano presidente de Rusia, que me ha prometido venderme helicópteros a precio de amigo, además me ha recibido con todos los honores en su palacio y ahora somos aliados como potencias del gas, ¿no ve?”... “Uy, también aparece el papa Francisquito, aunque no me cae muy bien el pelado, a pesar de que he ido a visitarle a Brasil para sacarme una foto con él y casi ni bola me ha dado, será que sabe que ando peleando con los obispos bolivianos”.Más o menos permanecía tranquilo el gran caudillo del arcoíris con los datos del ranking y hasta le aburría que tanto desconocido figurara en la lista. “Entre imperialistas se premian”, se consolaba a sí mismo. Cuando de pronto, se oyó un alarido desgarrador que movió los cimientos de palacio y espantó a las palomas, los únicos testigos de ese momento trágicamente histórico.Por un instante, Su Excelencia se había quedado lívido de la sorpresa al saber que algunos de sus colegas del vecindariofiguraban en la lista y por más que revisara de principio a fin, su glorioso nombre no aparecía, por lo que inmediatamente montó en cólera ante semejante afrenta a su sagrada figura: “¡Cómo van a premiar a la Michelle!, si solamente habla bonito y recién va por su segundo mandato; yo, dentro de poco voy a asumir mi tercer mandato consecutivo, y ¿acaso no han visto que he mandado pintar las paredes con el mensaje ‘Evo 2050’? ja, yo he venido para quedarme en el trono, ¡cómo no va ser histórico eso!”, bramó mientras sacudía enérgicamente las cortinas de sus aposentos.