Han pasado 10 años. Uno nunca está completo. Y es ese afán de búsqueda que lo mantiene a uno con el espíritu mordisqueado. Pensaba que tú serías mi correcaminos número 10. Mi Ricardo en medio de todas las Malalas. Tú solías verme. Y de repente la vida se me revela con mas incógnitas, como si talvez estuviera destinada a ser el lonewolf que parece nací para ser. 10 años de treinta es un tercio pero no es la mayoría. Me agarras la mano tímidamente y no estás dispuesto a imponer una opinión, porque si pensaras que soy tu mujer en el universo, seguro pelearías contra aire agua y fuego pero hoy en día en nuestra sociedad hipster un helado de vainilla es suficiente para desbaratar el destino. No existe el destino ahora, solo la comodidad y el compartir departamento. Me hubiera gustado aportar algo a tu vida. Me hubiera gustado ser merecedora de tu aprobación. Me gustaría sentirme amada.