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Hang Man

Publicado el 06 enero 2011 por Quiquec
Ella está ya cansada de llorar, cansada de estar cansada y tal vez también cansada de vivir, pero sus labios no hacen más que gemir. En su rostro el maquillaje está corrido, lleva el ánimo abatido, y su cuerpo, está rendido. Encima de un sillón reposa descalza la bella Ileana, derrama sus lágrimas brillantes, en lo que fue antes, un pacto sellado en un objeto,en el cual está grabado, un escondido secreto. Las gotas caen encima de un regalo, que tiene allí garabateado, un mensaje tierno, que jura amor eterno. Solo quedan para ella dos opciones, o le han mentido, o ella va a dar por entendido, que la eternidad es más corta de lo que comúnmente se cree, y el amor, es a lo mejor, un momento en una vida o un segundo en un reloj. Ileana se pregunta de qué le sirve ser tan bella, saber que los hombres pelean por ella, de qué le sirve si aquel que admira, ya ni siquiera la mira.De qué sirve ser bonita, de qué sirve una diosa olvidada en una ermita. Los hombres la desean y no la aman, el único que la ha amado, hace tiempo la ha dejado. Hay motivos para sollozar y también hay motivos para amar, brota la tristeza al saberque no hay nadie que la pueda entender, la gente que conoce la utiliza, para ellos Ileana es un maniquí,con una gran sonrisa.A todos les gusta sacarse una foto con esa bella flor de loto, todo hombre busca besarla, tocarla, o adorarla, porque Ileana es una mujer sofisticada, su carrera va en ascenso, y su vida va en picada.Se le ofrecen vanos halagos, cuando ella busca milagros… el milagro de ser querida y acogida, de encontrar a sus hermanos y juntos tomarse de las manos… el milagro de ser rescatada, de la cada vez más transparente, nada. Ileana hilvana pensamientos melancólicos, recuerda a un caballero de sombrero, casi un niño, en realidad un mozo, que en antaño, la llenó de gozo. Aquel joven hizo algo inesperado, el probó por un instante,con su pasión de amante, que el amor existía y él lo compartía, pero hizo esto sin saber, que Ileana realmente lo quería. Su presencia inspiraba más de lo que se dice con palabras, él se ofrecía a ella, como el sol se ofrece al día, como el finde una larga agonía. Sin embargo aquel muchacho que piropos combinaba, nunca supo que cuando flirteaba, también hilaba un milagro para Ileana.Orgullosa mujer de la alta sociedad, Ileana rechaza al joven sin piedad, espera que su figura le pueda conseguir alguien a su altura, sin embargo en ese instante no presiente que se pueda equivocar, y después  de mucho rumbo andar, es ella quien se echa a llorar. Ahora Ileana no puede parar de sollozar, pero nadie la intenta consolar, allí descansa y piensa triste “Ileana estúpida, todo lo perdiste”, con el alma rota ella nota, que no puede rescatarla su hermosura, de la envolvente amargura.Aquella mujer está esta ya vencida, para qué morir si ella está desvanecida, sin embargo en su tormento no sospecha, que detrás de la puerta, hay alguien que la acecha. Ileana escucha crujir la madera, ella se congela entera, quisiera poder reaccionar, pero no puede más que mirar.Paso a paso resuenan los crujidos, se acercan miedos desconocidos, y cruza el umbral del salón, una figura inoportuna, es un viejo que camina con una gabardina.Rostro maduro y canas, facciones ufanas, de porte imponente y altura decente, llega sonriente el anciano, más que un hombre, un villano. El viejo se quita el sombrero, y dice con cierto esmero “Ileana princesa, lamento la sorpresa, he venido en esta noche cruda, a cobrar mi deuda” Aquel hombre, aunque de cabellera plateada, en su semblante no lleva la edad marcada, solo lleva estampada su dureza y su total falta de entereza. Viste una gabardina de cuero y sombrero de vaquero, tiene una voz hermosa, de relator de prosa. Para Ileana él es un individuo temido, no obstante conocido. Un demonio atrevido que en su momento jugó su movimiento, con mucho tacto planteó un pacto, con sus palabras, convenció a Ileana de atar cabras, y de dibujar pentagramas.Ileana siguió volcando crucifijos, y así, como llega el sueldo en un día fijo, llego momento en el que demonio dijo “Por tu alma te doy calma, por tu espíritu te daré ímpetu… y por tu grandeza, yo, te daré belleza”.La señorita, en ese entonces no de cara tan bonita, ni de figura tan hermosa, contesto gozosa “Belleza, ímpetu y calma, por una sola alma, no digas más, es una ganga”. Se cierra el trato y ella sabe desde ese mismo rato, que cuando muera, en su puerta la espera una galera, con un cochero conocido, y un solo camino definido.El demonio la mira y sonríe, Ileana solo ríe, se escuchan carcajadas bien marcadas, llenas de arrogancia, “Saca de aquí tu repugnancia, no estoy muerta”, ella protesta.Aquel ser del inframundo se expresa rotundo “Muerta estás, has dejado la vida por detrás, y es que, tu actual estado, ha sido, lo que me ha llamado”. Ileana responde con enojo “Es que acaso está usted mal de los ojos, es que usted, viejo inoperante, no puede notar, a mi corazón palpitante”Replica el enviado del infierno desolado “Mira niña, no podrás engañar a esta vieja ave de rapiña, un corazón que late no es bastante, para estar viva hay que vivir, y tu mi niña, has elegido morir”El silencio reina un momento, después Ileana pronuncia muy lento “Escúcheme señor, puede que me embriague el dolor, pero la sangre corre por mis venas, y aunque eso le llene de penas, técnicamente estoy viva, y aun de usted no soy cautiva”.El demonio gruñó, frunció el ceño, y luego pronunció con empeño “Técnicamente es usted un ser viviente, pero en mi mente, no es usted más que un cadáver decadente, déjeme llevarla, y quizás en el averno, yo podré aliviarla”. Se oye una respuesta muy bien puesta “¡Usted no lleva nada, hasta que yo, quede enterrada!”.Al visitante del infierno eso le pone enfermo, vive ocupado y tiene otros clientes, para colmo, ella lo recibe a regañadientes, sin embargo se le ocurre una idea y la plantea “La carroza está lista y el viaje es largo, me ha confundido usted con su letargo, me refiero a su media vida en la que usted insiste atrevida, pero yo no viajo en vano, o la dejo para siempre, u hoy la llevo de la mano, y aquí, o pierdo o gano”.Y aquella chica vanidosa, pregunta curiosa “Dime demonio del infierno ardiente, que tienes en mente”. Responde el demonio sonriente “Un juego señorita, si usted gana me olvida, se queda con su vida, y su alma condenada le será nuevamente otorgada. Si yo gano la destrozo, créame lo haré con gozo, y ese mismo instante, la llevo a mi hogar distante” Añade el demonio despiadado, con un ritmo apresurado “Nuestros minutos son escasos, comprenderá que en estos casos, muchos clientes esperan, y el retraso al jefe lo exaspera, si tarda mucho, dudo que cumplamos nuestro trato, y habrá que atenernos, al viejo contrato”  Ileana debe definir la situación, para ello plantea una cuestión  “¿De qué se trata el juego viejo hombre?”, “se trata de adivinar mi nombre” él contesta, sin añadir más a su respuesta. Ella pregunta con tono esperanzado, “¿Y si lo definimos con un dado?”, y él responde, “mejor lo definimos, con un juego de colgado”.Los minutos corren y las dudas la corroen, sin embargo Ileana hace su propuesta “Mínimo un minuto por respuesta”, contesta el ser inmundo “en este y otros mundos, deberán bastar treinta segundos, acepta el caso o la visito en el ocaso”. Pregunta la aludida, sumamente confundida,“… ¿ocaso?...”, y le responde una voz muy complacida, “…de su vida, mi querida”.Ileana ha quedado acorralada, sin salidas, atrapada. Su única opción es su redención, si no juega solo prolonga su salida, entonces, pronuncia altiva, “Que empiece la partida”. Responde el diablo, deleitándose en cada vocablo, “Usted ha hablado, entonces daré el juego por iniciado”El demonio abre su bolsillo, saca un cuadernillo, arranca una hoja y expresa “Tú serás mi presa”. Ileana despeja su cabeza, y mientras el viejo saca una pluma, ella exilia de su mente toda bruma. “No hable mucho, que quizás se lleve un sorpresa” pronuncia Ileana con franqueza.El demonio ha dibujado con un matiz malvado, y la hoja se ha impregnado de un toque viciado, allí quedo pintarrajeado un dibujo descuidado, y en el papel, ha quedado plasmado,un juego endiablado. Una horca, cinco rayas y un espacio, Ileana palpa su anillo de topacio… dos líneas y un salto, ella toca su collar azul cobalto… cuatro rayas y una separación, ella espera ansiosa por la acción… por ultimo tres líneas más… “es solo un juego de damas”, Ileana dice suave, mientras acomoda en su pelo, una pluma de ave. Dice el demonio, “Listo está, el tiempo empieza ya”. Ella tiene de un minuto la mitad, y aunque es importante actuar con velocidad, aun no sabe que letra tiene prioridad, pero no hay lapso para que medite, y de repente, escoge una “T”.Exclama la criatura del averno, con un goce enfermo “Una “T”, excelente… gano una cabeza, su alteza…”. Ileana siente el latido de su pecho, pero debe atenerse a lo hecho, ahora debe esforzarse para no volver a equivocarse.Si no le funciono una “T”, tal vez sea una “E”, o quizás una “V”, debe pensar que letra le suena más, y es que jamás había pensado, que llegaría a ser importante, un simple juego de colgado. Ya lo tiene casi decidido… pero la interrumpe un ruido… “Se ha ganado un tronco” dice el demonio un poco ronco.A Ileana la rabia le ha llegado al espinazo, y exclama, “¡es usted un gran pedazo…!”, pero al ver al demonio riendo, recuerda que el tiempo sigue corriendo. Insultarlo no va ofenderlo, y gritar, a ella, no la va ayudar.Ileana dice, “que sea una “E””. Responde el diablo, con una enfadada vocecilla, “Una “E” en la octava casilla”. Ella está de nuevo inmersa en el juego, se da cuenta de que hasta el momento, solo hizo un buen intento, solo tiene una letra, y para lograrlo necesitara de alguna treta, pero para tratar de engañar a un diablillo, le debe faltar un tornillo, solo le queda entonces arriesgar, para así intentar ganar.La mujer escoge una “N”, esperando que su decisión no la apene, sin embargo indica el demonio muy calmado, “usted se ha equivocado”. Ileana está asustada y se ve tierna, su error, le ha costado una pierna, esta desanimada, pero no va a caer desmayada, y aquella dama, ante sí misma aclama “Ileana, rendirse ahora, no supondrá ninguna mejora”.Llena de valor, Ileana exclama con clamor, “dame una “F”, mequetrefe”. Responde el demonio con un tono excesivo, totalmente ofensivo “Mejor le doy una segunda pierna, maldita hiena, es lo que usted ha conseguido con sus patéticos aullidos”. Ileana queda pálida, su mente queda gélida… ha errado nuevamente, y además la han ofendido, pero lo tiene merecido, antes de que pueda aceptar que ella tiene parte de la culpa, recibe una disculpa “perdone mi franqueza y mi rudeza, he sobrereaccionado, pero usted me ha provocado”. Ileana responde como cree que corresponde “Esta joven amargada, admitirá su parte de la falta, encantada,… y su disculpa, ha sido aceptada”.Dice el demonio muy fresco, con tono burlesco “Señorita, le daría un abrazo, pero debo informarle que se ha ganado un brazo”. El Demonio la ha engañado, de ella se ha mofado, semejante ave rapaz es completamente incapaz, de con palabras ofenderse, o con sentimientos entenderse, de la vida amar o la gentileza apreciar, es incluso incapaz, tan solo de odiar.Ahora Ileana está totalmente consciente, de que el tiempo es completamente indiferente, en ese mismo instante las agujas determinan, el momento en que culminan, las esperanzas, que Ileana tiene en sus andanzas. Ileana además de considerar el poco tiempo restante, escucha una voz resonante “un error más que añada, y esta noche, usted viaja acompañada”, eso le recuerda, que aun lleva una cuerda, abrazada a su bello cuello. En esa situación desesperada, Ileana no puede pensar nada.Le queda menos de medio minuto, Ileana no sabe si iniciar el luto, porque ya es prácticamente un cuerpo muerto, y su espíritu no va llegar a buen puerto. Ileana pierde la noción de cada segundo, y es que pronto, podría terminar su mundo, lo más probable ella que termine y se confine, a sufrir en un lugar inmundo.Queda de un minuto la sexta parte, “De esta no podrás escaparte” piensa Ileana, piensa en ella lejana, apagándose como una vela, desvaneciéndose como un estela. En ese momento ella se da cuenta de que no quiere estar muerta, por fin siente un terror mundano, de aquel demonio ufano, que se la quiere llevar al averno, al más profundo infierno.Casi al final del tiempo estipulado, Ileana se ha despertado, entra en cuenta de lo mucho que perdía, en su lenta agonía… moría, en cámara lenta, no estaba contenta, ahora una muerte veloz, también le parece atroz. Morir rápido o lento, una eternidad o un momento, son actos desiguales, pero a la vez son similares.Y cuando el tiempo está a punto de extinguirse, el coraje de Ileana logra erguirse, “M” grita aquella muchachita, con su débil vocecita. El demonio responde “Esa suerte… ¿de dónde?, “M” en la primera, quinta y séptima”, con eso, Ileana reconforta su estima. Sorpresivamente, de repente, y sin saber porque, Ileana dice “Dame una “A”, y una “D””.  Nuevamente el demonio responde “No sé qué es lo que usted esconde… “A” en la segunda y en la cuarta, su maldita suerte me harta, “D” en la tercera y doceava”. Ileana está inspirada, entonces pronuncia apresurada “Quiero una “I”, y una “O””, el demonio dice “Claro… “I” en la decima y sexta, déjeme decirle que su suerte apesta, “O” en la decimotercera”.A Ileana ya nada la coarta, se da cuenta que la limitaba, del demonio una astuta jugada, era la lengua escogida, de la cual, ella no estaba advertida, pero ahora sabe que en ingles, las palabras son más simples.Ella tiene dos palabras que ya están reveladas, ya Ileana ha notado, de la oración, el significado, no hay por qué prolongar más el juego, Ileana ordena de nuevo “ Dame una “V”, una “L” y una “G””, el demonio responde, “Usted escoge…, “V” en la novena, “L” en la onceava, “G” en la catorceava, parece que esto aquí se acaba. El juego ha finalizado, señorita, usted ha ganado”.En el papel quedo revelado, lo que antes el demonio había ocultado, “MADAM IM EVIL DOG”, era la oración, que a Ileana había causado tanta aflicción, pero una vez escrita, incluso, llegaba a sonar bonita. Ese nombre era algo curioso, para quien al santo hace pecar de vanidoso, era extraño que aquel demonio tentador de hombres, haya escogido entre todos los nombres, “Evil Dog”, un nombre vulgar y gamberro, como si fuese, el nombre de un perro.El demonio camina furibundo, hartado y derrotado, pero aún tiene una necesidad, porque le ha picado la curiosidad, “Antes de irme, déjeme despedirme y preguntar, que eso no la va dañar”. Ileana responde “Siga usted adelante, mi cruel visitante”.El demonio, con el ánimo desinflado ha preguntado “usted estaba perdida, confundida… ¿Cómo lo ha logrado?, ¿Qué es lo que ha pasado?”. A Ileana el diablo le apena, porque en el infierno le espera una condena, pero por otro lado, el pensar eso le ha gustado, vale la pena imaginarse a aquel demonio devastado, y justamente castigado.  Ileana le responde al demonio condenado, “Creo que Dios me ha ayudado”. El demonio replica, “No sea usted borrica, hace mucho tiempo que Dios la ha olvidado, sino porque la ha dejado caer en el pecado, y porque he sido yo el enviado, si Dios quisiera, yo ni siquiera me hubiese acercado, dígame en serio, que es lo que ha pasado”.Ileana al demonio mira, no lo hace con ira, y mientras su pierna estira, ella expresa “Escúcheme muy bien ser del averno, escúcheme antes de empezar su viaje hacia el infierno”. El demonio responde “La escucho Ileana, lo haré de buena gana”.Entonces Ileana, expresa con calma, un discurso nacido, de lo más profundo de su alma. “A veces las cosas no son lo que parecen, a veces nuestros sueños se desvanecen, es justo cuando nuestras esperanzas crecen, cuando encontramos que no hay una mano amiga, es justo cuando tienes hambre, que ni siquiera hay una miga……Es que a veces las cosas no son lo que parecen, es acaso, cuando los amigos desaparecen, ¿un castigo, o una experiencia que enriquece?... …¿Es usted realmente un demonio? que al clero causa insomnio, o es usted un ángel del cielo azul que hace crecer al abedul… …es acaso usted un ser de lengua viperina, o quizás es para muchos una luz matutina, porque a veces las cosas no son lo que parecen, y puede ser el sol que amanece, el mismo por el cual, un hombre en el desierto perece… …y es que para mí, es usted un ángel que no sabe que lo es, así como es el viernes un día de la semana, así como cuando falta una madre, hay una nana, es así usted diablo, de Dios un enviado… …dice que si Dios lo hubiese deseado, usted ni siquiera se hubiese acercado, pero está aquí a mi lado, entonces solo puede ser, porque Dios lo ha mandado… …cuando lo he necesitado, usted me ha otorgado un regalo empaquetado, me refiero a la belleza que hace perder a los hombres la cabeza, entonces, cuando voy por la vida andando, me encuentro con que aun bella y hermosa, no soy una mujer dichosa……caigo nuevamente en el hoyo, sin ningún apoyo, y el momento en que todos dicen hasta luego, usted aparece de nuevo, y cuando me convierto en un alma perdida, llega usted, y me regala vida… …ha entendido, mí querido, yo lo amo porque usted, y solo usted, me ha rescatado, de este lugar tan desolado… …es un ángel, no me cabe duda, es usted la forma como Dios ha venido en mi ayuda, es usted una criatura hermosa, que de todo mi respeto goza……ya ve mi adorado ángel caído, como es que a veces las cosas no son lo que parecen, a veces por la escarcha, las flores crecen… y a veces un juego de colgado, se debe leer del otro lado… …ya ve mi amado, como es que un ser endiablado, mi vida gris ha coloreado, y es porque, a veces, incluso un demonio, puede ser, de Dios testimonio”. Hang Man

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