Hard Eight - 1996

Director: Paul Thomas Anderson


  La opera prima de ese gran director que es Paul Thomas Anderson es un filme correcto y bien hecho, que cuenta la historia de Sydney, un señor que le da su ayuda a un sujeto llamado John. También es un adelanto del estilo de sus filmes posteriores, y en definitiva, un filme que vale la pena ver.
De esta forma P.T. Anderson comienza una muy destacada carrera; y yo, esta apreciación sobre su debut.
  Siempre vale la pena ver la primera película de un director, especialmente si es uno de la calidad de Anderson, y este caso no es la excepción. Este director se lanzó a dirigir su opera prima tan sólo habiendo dirigido un par de cortos antes, sin ningún estudio formal de cine -apenas estuvo dos días en la universidad antes de dejarla, aunque sí asistió a un pequeño curso que le dio el programa del Festival de Sundance que ayuda a los jóvenes cineastas que buscan filmar su primer filme-, y con la experiencia de haber sido asistente de dirección. Este fue, sin duda, un salto importante para él.

"Nunca ignores la cortesía de un hombre"-Sydney.
  Debo decir que al terminar de ver este filme estoy en el punto medio entre que sí me gustó y entre que no. Quizás estoy más cerca del que sí me gustó, pero aun así no puedo decir que haya terminado emocionado. Ante esto, en lo que más me puedo concentrar es en aspectos técnicos, ya que en el fondo este es un filme simple. Sin grandes ambiciones, sí con muchas ganas; y lo más importante, al menos es un filme prometedor.

Antes de que se llamara "Hard Eight", este filme tenía por nombre el de su protagonista, "Sydney", revelando la importancia sublime de este personaje, ya que todo gira en torno a él. Es quién crea y soluciona los problemas. Es quien tiene ese aura casi mitológica, provocador de respeto en los que lo rodean.
Sydney se acerca a ayudar al inicialmente reticente John, que acepta finalmente su ayuda. Y que bien que le viene la ayuda. Sydney es un genio del casino, y le enseña a John sus conocimientos de una forma casi fraternal.
Luego de eso, tenemos otro problema, y otra solución, y después se termina la película. Y es a esto cuando digo que es un filme simple, ya que es de ritmo lento pero que se pasa volando por la sencillez de la trama y sus acontecimientos. No digo que sea necesariamente malo, ya que como historia funciona y se cuenta hábilmente.
Otro acierto importante es la elección de los actores, especialmente Phillip Baker Hall como Sydney, ya que personifica bien a este importante personaje, reflejando cierto hastío propio de la edad, y la soledad que busca disminuir ayudando a John -John C. Reilly-, bien encarnado como el joven buen tipo que es "apadrinado" por alguien mayor y más sabio. No dejo de pensar en la relación con su padre que tuvo Paul Thomas Anderson, y como esa relación fraternal se puede ver en los filmes posteriores -en menor medida en "Punch-drunk love"-. Ya que si algo tiene de fondo este filme es, en cierta forma, el perdón y reivindicación de una vida equivocada o moralmente mal mirada -y al fin y al cabo mal mirada por el propio personaje-. En ese sentido, las figuras paternas van a ser algo importante en la filmografía de Anderson.
Gwyneth Paltrow como la camarera y prostituta ocasional Clementine entrega un rol correcto, al igual que Samuel L. Jackson como el obsceno y desagradable Jimmy.
Con respecto a la reivindicación en una figura paternal, el dialogo que sostienen Sydney y Jimmy en determinado momento me parece soberbio y claro. Cruel pero cierto. De todas formas, Jimmy no me cae muy bien, y a Sydney tampoco.

Técnicamente es un filme muy bien hecho, indicio de la habilidad que tiene Anderson a la hora de usar los planos secuencia, travellings, dollys, etc., aunque en este caso se contiene, ya que su uso es menor que en los filmes que hace después.
Insisto en este asunto: quizás sea por la inseguridad del "novato" que se enfrenta a su primer gran desafío, pero pienso que en términos del guión, dirección, técnica, y audacia, Anderson se contiene de una forma no vista en los filmes que dirige después. No digo que en este filme esos aspectos sean deficientes, ya que Anderson logra demostrar su talento y hacer un filme prometedor de una excelente carrera -que sí logro y sigue logrando-, pero no está a sus anchas ni totalmente cómodo.
Pero sigue siendo un filme donde están los elementos narrativos y visuales que son los sellos de identidad de Anderson que luego demostraría con una audacia y descaro prodigiosos.
En un pequeño dato curioso, Anderson se caracteriza por tener colaboradores comunes, como los actores, donde Philip Seymour Hoffman es el que más ha actuado para Anderson. En este filme tiene un pequeño pero divertido rol -pueden ver su escena aquí-. Además, Paltrow y Reilly ayudaron desde sus propios bolsillos financieramente.
  En fin, un filme cuyo visionado vale la pena, ni fu ni fa, pero nadie puede negar el talento inherente que refleja esta película. Al menos invita a ver lo que ha hecho después, y yo también les extiendo dicha invitación.