Harry Potter y la Orden del FénixAutor: J.K. RowlingEditorial: SalamandraISBN: 9788478887423Precio: 19,02€Páginas: 893
Las tediosas vacaciones de verano en casa de sus tíos todavía no han acabado y Harry se encuentra más inquieto que nunca. Apenas ha tenido noticias de Ron y Hermione, y presiente que algo extraño está sucediendo en Hogwarts. En efecto, cuando por fin comienza otro curso en el famoso colegio de magia y hechicería, sus temores se vuelven realidad. El Ministerio de Magia niega que Voldemort haya regresado y ha iniciado una campaña de desprestigio contra Harry y Dumbledore, para lo cual ha asignado a la horrible profesora Dolores Umbridge la tarea de vigilar todos sus movimientos. Así pues, además de sentirse solo e incomprendido, Harry sospecha que Voldemort puede adivinar sus pensamientos, e intuye que el temible mago trata de apoderarse de un objeto secreto que le permitiría recuperar su poder destructivo.
La puesta en escena de esta entrega es bastante llamativa, tanto Harry como su primo Dudley son perseguidos por unos dementores cuya misión no es otra que arrancarles el alma, con lo cual tuvo que lanzar un encantamiento que, como ya sabemos, fuera del colegio están prohibidos.A partir de ese momento, es comunicado mediante una carta que ha sido expulsado del colegio y más tarde, que deberá presentarse a un juicio para confirmar su expulsión, a raíz de esta situación, aparece la denominada "Orden del Fénix" formada por varios profesores, incluido Sirius Black, quienes le conducen a una casa en Londres. ¿Qué pasará en el juicio?, ¿quién apoyará a Potter en esta ocasión?, son preguntas que me iba formulando conforme iba avanzando en la lectura y que no pretendo desvelar pensando en aquellas personas que aún no han leído esta entrega.Durante el juicio aparece Dolores Umbrige que posteriormente es nombrada profesora de “Defensa contra las artes oscurtas” sin embargo se dedica más a la teoría que a la práctica, además se encargará de administrar una disciplina muy rigurosa, además de tener la autoridad para despedir a los profesores que ella estime conveniente, la primera es Sybill Trelawney.
María Loreto