Reconozco que esto es en parte por vagancia porque hay días que tengo más prisa o que estoy más cansada de lo habitual y, también en gran medida, depende de la calidad del producto en cuestión. Como toda buena amante de la cosmética padezco diógenes potinguil y acabo acumulando productos y productos de los cuales no todos me han resultado igual de buenos.
Sin embargo, como os comentaba en aquella entrada de los potimandamientos sí que soy inflexible conmigo misma en una cosa, y es que producto empezado, producto que se gasta (a no ser que me de alergia o algo así). Por eso,con los que en mi balda son productos de segunda fila tonteo día sí día no, esperando que por el camino se vayan gastando sin darme demasiados dolores de cabeza.
Por el contrario, también hay productos que se van perfilando como más útiles a cada día que pasa y que acabo utilizándolos casi hasta en el té de las mañanas. Este es el caso del Agua Micelar de la nipona marca Haruhada que compré en mi primer pedido a Sasa.com hace ya buen tiempo.
El producto en sí llamó mi atención porque en el blog de Sponjita Makeup (enlace) la autora lo comparaba con mi adorada agua micelar de Bioderma y, por ello, en cuanto tuve chance la encargué a la web china. La pena es que de las dos variedades que tiene este producto, bien enriquecida con colágeno o con ácido hialurónico, sólo tuvieran la primera, que yo creo que no está tan enfocada a mi tipo de piel mixta.
En cualquier caso, como os decía, este producto se ha ido perfilando para mí como en más imprescindible, pues recurro a él para un montón de cosas. En el ritual nocturno es mi último paso del desmaquillarme antes de lavarme con el jabón facial de Kiehl's. A las mañanas, de nuevo antes de lavarme la cara con jabón facial, me gusta también pasarme un pad de algodón bien empapado en este producto, especialmente por la zona de los ojos para ayudar a limpiarlos. Y, por si fuera poco, se ha convertido en mi aliado para rematar la limpieza de pinceles, quitar manchas de tiente de pelo y otros usos como restos de cera depilatoria o el odioso brillo anaranjado del autobronceador en las palmas.
Lo cierto es que el asequible precio (12.5 $) y el tamaño extra jumbo del envase (500ml) hacen que se pueda emplear este producto a demanda sin tenerse que andar preocupando, cosa que con las versiones europeas no sucede. Sin embargo, así como el agua micelar de Bioderma me deja una absoluta y total sensación de limpieza con esta no me sucede lo mismo, sino que más bien se me asemeja a un tónico que deja la piel bien pero con una "capita" por encima.
Es por eso que la uso antes de lavarme la cara con jabón y no después como recomiendan en algunos blogs y es el motivo por el cual no creo que repita, al menos, con la versión de colágeno. Me he he quedado muy tentada de catar la de ácido hialurónico y no descarto adquirirla en un futuro.
Eso sí, creo que también tendré siempre a mano otra agua micelar de factura europea o americana en su defecto por si me apetece ejecutar una limpieza total en 5 pasos como la que nos proponía Inma de Beautyvictim (enlace) hace un par de semanas.
Espero que os haya gustado esta review. Un besito y hasta la próxima.
Os recuerdo que estoy de sorteo, ¿os habéis apuntado ya?