¿Conoces del todo a tu pareja?
El incómodo cadáver del mediador familiar no les molestaba en absoluto; es más, aumentaba su deseo. Un infarto, eso era lo que había detenido la charla del hombre sobre qué les convenía hacer a cada uno para llevar con la mayor normalidad el proceso de divorcio. Y solo eso bastó para que ambos se dieran cuenta del error que estaban cometiendo. ¡En ese momento descubrieron que la muerte les excitaba a ambos! No pudieron resistirse, y se lanzaron sobre la mesa del hombre, arrojando con fiereza los papeles, pensando en lo equivocado que estaba el cura con eso de «Hasta que la muerte os separe».