Hasta siempre, eterno 23

Publicado el 09 mayo 2010 por Hada

RAÚL TAMUDO DIJO ADIÓS AL ESPANYOL

Y LA AFICIÓN LE RINDIÓ UN MÁS QUE MERECIDO HOMENAJE.

Hace tan sólo unos minutos que terminó la 37 jornada de la Primera División del fútbol español y también hace sólo unos minutos que mi adorado RCD Espanyol ha vencido al Osasuna con un 2-1, logrado en nuestro precioso estadio de Cornellá-El Prat.

Una victoria que nos lleva hasta el puesto 11 de la tabla y que nos asegura la permanencia, un año más, en la división de oro futbolera. Y sin embargo, hoy no voy a comentar nada sobre el partido ni sobre su desarrollo. No. Hoy quiero dedicarle estas líneas a un hombre que durante media vida lo ha dado todo por nuestros colores y que esta noche ha dicho adiós al equipo de su vida.

Hoy deseo escribir sobre alguien grande, sobre uno de los mejores jugadores que han vestido de blanquiazul. Hoy mis palabras van para Raúl Tamudo Montero.

 

Aún recuerdo tu primer gol en tu debut con el primer equipo, en Alicante, contra el Hércules. Aquel día vestías de verde por coincidencia con los colores blanquiazules del rival. Nadie esperaba -posiblemente ni Paco Flores, tu descubridor y padre espiritual- que aquel niño acabara siendo el máximo goleador de toda la historia del RCD Espanyol, así como el catalán que más tantos ha marcado en Primera División.

Tampoco puedo olvidar aquella pelota que le robaste a Tony de las manos, pícaro como nadie, en Mestalla, durante la final de la Copa del Rey del 2000. Balón que significó el primer gol perico en ese partido y que, a la postre, contribuiría al logro del ansiado título copero, tercero en la historia de nuestro club.

Pero menos aún, porque la viví en el propio Santiago Bernabeu, puedo evitar evocar la última Copa del Rey lograda en el año 2006 contra el Zaragoza. Final en la que, una vez más, fuiste el encargado de inaugurar el marcador. ¿Te acuerdas de lo felices que nos hiciste en aquellas acogedoras gradas? Era la primera vez que viajaba con vosotros y las emociones que me regalásteis en esa ocasión, siempre quedarán grabadas en mi corazón.

Esta noche, que te he visto llorar en tu despedida, no he podido dejar de acordarme de las orgullosas lágrimas que derramé en la húmeda y bella Glasgow cuando la Copa de la UEFA acabó en manos sevillistas. Paradojas de la vida: perdimos la Copa siendo el único equipo invicto de toda la competición.

 

Cuando te imagino, me viene a la mente la misma imagen. 

Cuando te imagino, te me apareces eufórico y agradecido, celebrando algún gol, mientras agarras el escudo de tu camiseta y lo besas repetidamente.

Como aquella inolvidable noche. ¿Recuerdas?...Jugábamos en Les Corts, contra el otro equipo de la ciudad. Era un 9 de junio. Si no recuerdo mal, corría el año 2007. Tus dos goles dejaron muda a la afición rival que asistió, incrédula, al empate que hacía que se les escapase el título de Liga. Tus besos al escudo aquella noche dieron la vuelta al mundo.

Son tantos y tantos los momentos, los goles, las alegrías y las penas que nos has regalado y hemos compartido, que me resulta imposible verte vistiendo otra camiseta...

Dicen que te vas al Osasuna. Allá donde estés, la familia perica seguirá recordándote y guardándote en uno de los mejores rinconcitos de su memoria y su corazón.

Hasta siempre, Raúl. Eres grande.

Siempre serás nuestro eterno 23.