Hay unos zapatos huérfanos camino de mi casa; ni muy grandes ni muy pequeños. Eso sí, discretos, negros, con sus cordones sin gastar en exceso y esas suelas algo dobladas de denuncian su mucho uso. Perfectamente colocados uno junto a otro, izquierdo y derecho en orden, como dejados pues al abandono consciente de su antiguo dueño.
O como queriéndoles indicar el camino que ahora deberán emprender solos, pero en equipo...
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Hay dos huérfanos cerca de mí.
Publicado el 03 junio 2010 por NegrevernisTambién podría interesarte :