El pasado sábado en A Guardia, en la provincia de Pontevedra, un vehículo arrolló a un grupo de ciclistas. Resultado: un fallecido y varios heridos. Pero no perdamos de vista un dato importante: el conductor del vehículo causante del siniestro tenia 87 años.
Ante esta situación, lo primero que hay que hacer es una reflexión importante y una pregunta. De igual manera que hay una edad minima para comenzar a conducir, ¿por que no hay una edad maxima para dejar de hacerlo? Es obvio que la salud y los reflejos no son los mismos con 40 o con 50 años que con casi 90... o con 80. Y un error, un despiste o una perdida de reflejos, como se ve, a estas edades trae consecuencias de difícil reparación.
Tampoco me sirve, por otro lado, la tan sudada y manoseada frase de que la experiencia es importante en esta vida porque, aunque se trate de una maxima muy cierta, no me vale en este caso. Cuando hablamos de vidas humanas y seguridad vial, no sirven los palanganeos baratos.
Creo que nuestra clase política tiene un nuevo reto. No sólo se trata de meter en cintura a aquellos politicuchos que insultan en publico al Ejercito, sino también de ver como se articulan medidas necesarias para que en nuestras carreteras, pero también en nuestras calles, se ponga orden y concierto, especialmente en el colectivo de los conductores.
Y ningún gobierno y, por consiguiente, ningun partido político tiene que amedrentarse ni rasgarse las vestiduras por tomar una medida dura y tajante, mediante la cual mande para casa a un porcentaje importante del actual colectivo de conductores españoles. Se trata de sentido común, sencillamente.