¡Hay que tener el arrojo, tan bueno!
La promesa, rueda dormida ¡Exhausta, de esperar, ya no se fía! De esta trama, que no se deslía... Van pasando las horas, en esta grida y la esperanza, va decaída ¡Esa candela, que fue nuestra ria! ¡En aquel entonces, yo reía...! ¡Placentera boca, no te des por vencida! ¡Que el ánima, no abandone las ganas! con empeño vivo, y pleno en noches y mañanas, ¡Hay que tener el arrojo, Tan bueno..! en las tinieblas, y en las claras y el talante presto, y sin freno. Carmen Silza
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