Hoy, he llegado a donde necesitaba.
Hago.
Me dedico a lo que me conviene.
Me ocupo de lo que corresponde.
La clave de este logro no es un secreto, pero tal vez le sirva a alguien si lo pongo aquí, centrado y en negritas:
Lo hago mal y dejo cosas sin hacer.
Mi tratamiento empezó viendo videos de recetas de Youtube. Vi cientos de videos durante un par de años y me fijaba en las enormes "áreas de oportunidad" de los youtubers. ¿Cómo podían tener éxito -mediano o grande- con tantos errores, fallas, faltas?
Comprendí que tenían éxito por X o Y; pero fundamentalmente porque habían hecho el video y lo habían publicado, con su buena, regular o mala calidad.
Luego está la complicación de tener muchas cosas por hacer. Mi punto crítico en esta cuestión llegó cuando recibí la sugerencia profesional de jugar más con mi hija, prestándole completa atención, todos los días. Me pareció estupendo y objetivamente imposible, al menos objetivamente imposible si también hacía todo lo demás que necesitaba hacer.
Darte cuenta de que no puedes hacer nada para que te alcance el tiempo puede ser apabullante, pero también liberador. Yo opté por deshacerme de todo lo estresante de lo que pudiera deshacerme y privilegiar las prioridades. Pronto fue evidente que ni así iba a conseguir hacer siempre todo lo que era necesario (como jugar con mi hija, prestándole completa atención) y entonces la liberación fue total.
Hago lo que puedo y eso está a mil años luz de no hacer.
Silvia Parque