He seguido tu silueta
por los parques y jardines,
esquivando silencioso
esos nervios que me oprimen.
Hay palabras en el aire
y susurros que me dicen,
que no tema, que prosiga,
esos sueños tan felices.
Otras veces, los suspiros,
son el canto de los cisnes,
ese abrazo que nos llega
de los cielos invisible.
Pero todo es poesía
y nosotros somos libres,
para ir donde queramos,
para amar sin tener límites.
He seguido tu silueta,
Amor mío, hasta las lindes,
donde acaban las praderas
y otro mundo va a los cines.
Allí van los revoltosos,
esos cuerpos infantiles,
con los sueños bajo el brazo
y sus ojos tan sensibles.
Allí van los corazones
que sofocan el salitre,
y el galope de sus pechos
que sin duda les oprime.
Nunca es justa la balanza,
cuando suenan los violines,
cuando llegan las caricias
de la brisa a los candiles.
"...He seguido tu silueta
que partió de aquel pupitre,
y ahora duerme con la luna
bellos sueños, increíbles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/14