Aquí dejo algunas fotos de nuestras vacaciones: una semana en Nueva York (nunca me canso de esta ciudad, cada vez que regreso me gusta mas) comiendo, visitando museos y exposiciones fotográficas y aprendiendo sobre culturas no solo de la norteamericana sino de cualquier parte del planeta. Todos los países, todas las culturas, todas las comidas del mundo en una sola ciudad ¿acaso no es maravilloso?. El solo hecho de entrar al metro es una ventana para ver (vernos) a todos los habitantes del mundo, me encanta esa diversidad, esa mezcla de gente diferente y variada. ¡Fascinante!. Lamentablemente nunca alcanza el tiempo para hacer todo lo que queremos, me quedé con una larga lista de lugares, tiendas y restaurantes sin visitar. Otra cosa que aprendí es que al viajar en grupo (eramos cinco amigos en total) hasta las cosas mas sencillas como decidir qué línea de metro tomar se hacen mas complejas, me atrevería a decir que la complejidad aumenta de forma factorial a medida que aumenta el número de personas, sobre todo cuando cada uno tiene expectativas, deseos, opiniones y gustos diferentes.
Esta vez me enamoré perdidamente de la comida
De Morrocoy ¿qué puedo decir? :pescado fresquito, langostas a orillas de la playa lavadas ahí mismo, ceviche, pulpo, sol, arena blanca, estrellas marinas, aves increíbles, manglares, gente amable. Solo tengo mis pobres fotos con la esperanza de mostrar aunque sea un poquito lo que se siente estar presente en ese lugar mágico, donde el agua del mar, a primera hora y cuando nadie lo mira, se muestra como un espejo de plata que refleja felíz el azul claro del cielo.