He vuelto

Tras un largo periodo sin publicar en mi blog, me ha vuelto a entrar el gusanillo. Así que pongo el contador a cero y recomienzo una historia que empezó en 2014 y que solo la pandemia pudo parar.

Fueron meses complicados para todo el mundo y, cuando digo "todo el mundo" no lo hago en modo figurado, como tristemente sabéis bien.

Vivimos un acontecimiento en todo el planeta y que marcó la vida de todos nosotros en alguna medida. Muchos perdieron seres queridos. Familia, amigos, conocidos desaparecieron casi de un plumazo como si alguien con un macabro sentido del humor hubiese chasqueado los dedos cuán Thanos y hubiera perturbado así nuestra cotidianidad. Zas.

Lo pasamos mal, muy mal. Como consecuencia del covid-19 nació una nueva generación de ciudadanos temerosos bañados en gel hidroalcohólico y con orejas despegadas del cráneo por el efecto de las mascarillas, objetos que se convirtieron en piel de la noche a la mañana.

Algunos como yo sufrieron aquella pesadilla de un modo devastador. Un drástico cambio en el ánimo, en la conducta, en la conciencia.

Ahora, aún tan cercanos aquellos días, voy saliendo poco a poco de mi cascarón. Recuperé la sonrisa verdadera, la que tiene ganas, no la que me puse en la cara para fingir que nada pasaba ya tras abandonar para siempre la mascarilla.

Ahora, aún tan cercanos esos días, he recuperado mis ganas de contar, mis ganas de reír, mis ganas de vivir.

Espero no decepcionarme y no decepcionaros. Espero, de corazón, que esto no sea un espejismo, que esas ganas permanezcan. Que este blog se llene de historias de nuevo y también cuento con recuperaros, amigos míos.