Es curioso y casi suicida exigir ante un público de madres que dediquen más tiempo a su blog. Una madre ya de por sí es sinónimo de multitarea, pocas horas de sueño y entrega profesional y personal al 200%, de hecho, yo misma confieso ser seguidora de algun blog de madres del listado de Madresfera, Desmadreando, (me parto con esta mujer y sus diferencias culturales Mexi-Ñolas), Madre Primeriza (ojo, esta es la que propone un pacto de no agresión entre madres bloggers y que ninguna escriba más que la otra, jeje) y uno de padres que me sorprendió gratísimamente: Diario de un Padre Estresado, la visión masculina de la paternidad es algo que me parece extremadamente tierno... y porque aunque hoy no soy madre, espero serlo algún día y ser una bloguera tan molona como ellas.
Pues a todo esto pensaba yo, si este blog nació con la idea de ir guardando mis experiencias casi a modo de diario, ¡por qué me conformo que pasarme horas en los blogs de los demás! Pues porque adoro mi blog y es mi pequeño rincón secreto-público, tengo buenas razones para no escribir si no siento la inspiración. Y es que si, hechos son amores, me gusta mucho escribir pero mi profesión es la comunicación, la generación de contenidos, de materiales corporativos, algún dia me gustaría escribir un libro (¡qué original oye!) y es que si estoy inspirada voy lanzada, pero si la musa está de morros... prefiero guardar mi idea en un borrador... ¡y hasta cuando el genio vuelva!
Con lo que si, mira, voy a escribir con mayor frecuencia, desde aquí mi compromiso con mi blog y con mis lectores (jijiji) y voy a tratar de dar salida a esos post que tengo sin luz en bandeja (de todo tipo) el de Maria Dolores Pradera, uno de la Generación del 27, otro de los libros de Ken Follet, el de las familias empresarias, mis series de televisión preferidas... ¡volveré!