Sólo para dimensionar la importancia de esta colaboración el nombre de Héctor se suma a marcas como John Varvatos, Marimekko y Missoni que también en algún momento formaron una mancuerna con Converse. Esto solo puede vaticinar una cosa: éxito.
Bajo esta combinación de elementos nos vienen a la mente ideas viciadas de sangre, ilustraciones de zombies, prendas desaliñadas...de antemano les aseguro, esta colección esta libre de prejuicios, de ideas fáciles y recurrentes. Desde sus inicios Héctor nos ha mostrado un estilo limpio y clásico con un giro interesante en los detalles, rayando en lo experimental.
Por lo que hemos visto de H. Serna parecería que el concepto chocaría un poco con las formas que le conocemos, pero evidentemente eso no sucedió; nos mostró el rostro versátil de la marca sin abandonar su esencia "neo-romántica" (siéntanse libres de cuestionar el término).
El concepto fue muy cuidado, trascendiendo a los accesorios, bolsas, música, video y hasta un book-comic que nos contaba la historia de la que se deriva la colección. La elección de los textiles fue clave y muy inteligente, me encantó la seda con estampado de pistolas, el mesh, los tejidos de punto y las gasas. Los converse se volvieron algo memorable, intervenidos por el diseñador con diferentes bordados que lucían muy couture.La pieza clave: la maxifalda roja bordada, un trabajo manual maratónico.
En cuanto a la silueta sentí una evolución de la marca, dejando un poco lo estructurado y aventurándose a lineas mas relajadas, listas para penetrar en el mercado nacional.
Como ya es costumbre los dejo con la galería de la colección, otra vez patrocinada por el gran trabajo de TuukulLab.