Henley-on-Thames es una pequeña ciudad a medio camino entre Londres, Oxford y Reading. Como no podía ser menos, está bañada por el omnipresente río Támesis.
Lo más característico es su puente (Henley Bridge) que une las dos orillas del río y que fue construido en 1786. Tiene 5 arcos y es la seña de identidad de la ciudad. No hay nada más relajante que pasear por el paseo con el puente de fondo. En verano, en julio, se celebra la Henley Royal Regatta, que convierten a Henley en un hervidero de gente que se acerca a ver la competición que se viene celebrando desde 1839.
Aparte de ser una ciudad de postal, con un precioso río y paseo a ambos lados, está llena de edificios medievales muy bien conservados. A mí me encanta mirarlos, porque nunca están completamente rectos, con los años se han ido torciendo, pero ahí siguen, como nuevos.
Hay una calle en el centro que se convierte en la calle del mercado, Friday Street y que es semi peatonal. Pero no temas, porque Henley tiene un montón de tiendas y restaurantes más para escoger.
La estación de tren está en el mismo centro y puedes aparcar tu coche por un módico precio (como no) en cualquiera de sus calles o sus varios aparcamientos.
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