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Henry Jenkins, cultura convergente

Publicado el 13 marzo 2011 por Inmaflor

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Hablemos de redes sociales, de comunicación 2.0 (casi, casi, de vida 2.0). Hablemos de crisis mediática en su máximo apogeo, sobre todo, debido a dos factores clave: uno, la crisis económica mundial y dos, la revolución de los medios (bloggers, redes sociales y nuevas tecnologías mediante).

Hablemos de cómo la información -relevante o no- llega antes a nuestros oídos (correos y perfiles sociales) por vías distintas a las tradicionales (televisión, radio, periódicos, etc.). La inmediatez es, desde luego, una de sus virtudes. No tanto la movilización social, seamos sinceros.

Hablemos de la “cultura de la convergencia”, es decir, de un cambio de paradigma donde “los contenidos fluyen por canales mediáticos, se da una interdependencia entre los sistemas de comunicación, existen múltiples modos de acceder a los contenidos mediáticos, la cultura se convierte en participativa de abajo hacia arriba y el consumo es una práctica en red”.

Hablemos, pues, de Henry Jenkins, uno de los mejores analistas mediáticos y teóricos ciberculturales que también incorpora el fenómeno fan (on-line y off-line) a sus análisis culturales.

A estas alturas del post imagino que les ha picado la curiosidad. Lean, entonces, la siguiente entrevista. Dedíquenle parte de su frenético tiempo 2.0 a Convergence Culture, a Henry Jenkins. Y no duden en seguirle la pista. Su último libro, publicado en España por Paidós, lleva el significativo título de Fans, bloggers y videojuegos.

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Tal y como se afirma en sus páginas, “los fans figuran entre los consumidores más activos, creativos, críticamente comprometidos y socialmente conectados de la cultura popular”. Son “los representantes de vanguardia de una nueva relación con los medios de comunicación de masas”.

HENRY JENKINS
“Los fans de la ciencia ficción fueron una red social antes de las redes sociales”

Texto publicado por Guillermo Zapata en LDNM

Hace unos meses dejó de dar clases de “Medios de comunicación comparados” en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT). Desde allí Henry Jenkins escribió diversos libros en torno a las nuevas formas de participación cultural. Su última obra, Cultura Convergente, acaba de ser traducida y publicada por Paidós. En un capítulo de tu nuevo libro hablas de una comunidad dedicada a intentar saber lo que va a suceder en su reality show favorito (Supervivientes) antes de que el mismo se emita. ¿Crees que es posible desarrollar este tipo de comunidades fuera del mundo de los fans?
Sí, lo creo. Se me ocurre que la llamada “revolución Twitter” que está teniendo lugar en Irán es un buen ejemplo sobre como las nuevas plataformas, unidas a la dispersión de nuevas habilidades sociales y culturales, están permitiendo formas de organización social que son informales y descentralizadas y, a la vez, capaces de producir un enorme impacto en la sociedad. Esto es lo que en el libro llamo “inteligencia colectiva”: la idea de que una comunidad formada por individuos con diversas habilidades puede poner en común sus conocimientos y resolver problemas que no pueden solventarse de forma individual. En Irán existe una generación que ha estado experimentando con una enorme variedad de canales. A través de unos encuentras datos sobre Michael Jackson, en otros recibes información política sobre lo que sucede en el resto del mundo. Han construido redes sociales que permiten conectar a los que viven en Teherán con aquellos que están en otras partes del mundo. Usan plataformas como Twitter o YouTube para hacer circular la información sobre lo que está pasando y así aprovechan las habilidades de la comunidad de iraníes dispersa por el mundo. Los tipos de alianzas que construyen son informales y temporales y, sin embargo, han conseguido atraer la atención sobre lo que está sucediendo de una forma que ningún medio masivo ha sido capaz. Si el gobierno bloquea un canal, los opositores lo rodean, porque se trata de una dinámica descentralizada. Evidentemente, queda por ver si la oposición iraní puede tener éxito derribando al gobierno y también cuánto tiempo lleva eso, pero es evidente que han conseguido ser muy efectivos dispersando información, desacreditando versiones oficiales y conectando sus apoyos por todo el planeta.

La mayor parte de los ejemplos que aparecen en Cultura Convergente pertenecen a algún tipo de género (ciencia ficción, fantasía, etc.). ¿Crees que es posible salir fuera de estos límites?
El fenómeno fan proporciona una estructura social pre-existente que junta a lectores activos y crea un contexto en el que pueden compartir conocimiento. El fandom en el ámbito de la ciencia ficción ha existido durante casi cien años. Forman una red social antes de que nadie teorizara sobre cómo funcionan las redes sociales, tal y como hoy las entendemos. Los fans se han relacionado crítica y creativamente con las historias de su entorno cultural y han construido una infraestructura y un conjunto de prácticas que sostienen sus actividades. Así que no es sorprendente que haya sido los primeros en adaptarse a la cultura convergente. Lo que es fascinante, sin embargo, es lo rápido que los consumidores que no son fans y no son geeks se están adaptando. Hace unos años, ¿quién podría creer lo masivos que se han vuelto fenómenos como YouTube o Wikipedia? Estas plataformas han podido ser lanzadas porque había una comunidad lista para experimentar con ellas, pero han llegado hasta su masa crítica porque estas comunidades han ayudado a educar al público general a vivir en este sistema cultural emergente.

¿Podrías definir brevemente el concepto de “narración transmediática”?
Es aquella que atraviesa numerosos tipos de canales mediáticos de forma estructurada e integrada dentro de cada plataforma, haciendo una contribución valiosa y específica a nuestra experiencia total. La idea de narración transmediática ha ido tomando forma a lo largo de la última década, aunque sus raíces se remontan a mucho antes. De alguna manera la narrativa transmediática es un doble producto de la presión producida por la consolidación entre la concentración de la propiedad de los medios y la producción de franquicias. Hay un fortísimo incentivo económico para una empresa que posee muchas plataformas mediáticas, ya que quieren conseguir audiencias en la mayor cantidad posible de plataformas. Aunque históricamente ha habido una tendencia a la redundancia, a la repetición de la misma información en cada canal mediático, la narración transmediática le da la vuelta para que cada plataforma complemente lo que hemos aprendido de los otros. Algunas de las pistas clave de Perdidos se podían encontrar a través de la serie de televisión, pero otras estaban dispersas en juegos online, en novelas, podcast o episodios para móviles. Puedes seguir Perdidos solamente a través de la televisión o tener una experiencia mucho más profunda si consumes estos textos complementarios. Como hay más información ahí de la que un solo espectador puede consumir, la comunidad de fans juega un papel fundamental para consolidar proyectos como Lostpedia (web de información sobre la serie organizada al estilo de Wikipedia). Lostpedia es un wiki generado dónde se condensa todo lo que sabemos sobre el mundo de la serie. Representa el conocimiento puesto en común de fans con intereses y especialidades muy diferentes. Además, es accesible para la mayor parte de los espectadores casuales que quieren entrar hasta el fondo de esta experiencia de entretenimiento de manera mucho más esporádica.

En el capítulo titulado “Las guerras de Harry Potter” hablas de un problema muy relacionado con la propiedad intelectual y las luchas en torno a este asunto. ¿Crees que es posible desarrollar algún tipo de narración colaborativa sin contar con la “rama principal” (Harry Potter, La guerra de las galaxias, Star Trek…? ¿O más bien necesitamos ese impulso desde el mainstream para desarrollar nuestras propias historias?
Está por ver. Hasta el momento, he tenido problemas identificando narrativas que nazcan desde la base sin la inspiración del mainstream y que hayan proliferado satisfactoriamente hasta alcanzar un número amplio de participantes. Esto puede deberse a la influencia continuada de los medios de comunicación de masas y los narradores profesionales a la hora de crear un espacio compartido con muchas formas de participación abierta en su seno. El narrador profesional puede proporcionar una riqueza en el detalle, una viveza en la caracterización, una complejidad en el diseño que ilumina nuestra imaginación. El sistema de distribución de los medios de masas permite que estas narraciones sean ampliamente reconocidas y que funcionen como lo que yo llamo un “atractor cultural”. Eso propicia juntar a gentes con intereses comunes para construir la red inicial. A partir de estas semillas, la red puede crecer lo que hará que la narración vaya mucho más lejos de su concepción original y se expanda de una manera rica y muy satisfactoria. No tenemos los mecanismos culturales adecuados para inspirar y sostener desde la base este nivel de elaboración narrativa.

MÁS INFO:
Convergence Culture
Fans, blogger y videojuegos

POST PUBLICADO EN DON´T DISTURB MAGAZINE EN NOVIEMBRE DE 2009


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