El pasado sábado llevamos a la pequeña Nancy patinadora a la pista de hielo, le habían regalado una invitación por su cumpleaños. Mi primera intención fue quedarme a hacer fotos fuera de la pista, he ido un par de veces a una pista de hielo sintético, pero a lo que yo hago no creo que se le pueda llamar patinar.
Mi doctora me había dicho que es bueno hacer deporte y que no me lo piense, que no intente patinar, que patine. ¡Perfecto! ¡A patinar! A la segunda vuelta, cuando ya iba soltándome, ¡caí! con tan mala suerte que me he fracturado la muñeca, pero no la Nancy, la mía, la izquierda.
He puesto un rato el tetra brick de la nata, las varillas y el vaso en el congelador, he añadido la nata y el azúcar (he puesto tres cucharaditas) y casi a máxima potencia y en un ratito ha quedado bien espesa. ¡Repetiré! (ojo en no pasarse y se haga mantequilla)
Mi Nancy patinadora dice que no se vale, que hoy la tarta estaba más rica que la suya del otro día. La del otro día la eligió ella y la compramos, la de hoy está hecha con mucho cariño y eso se nota.
Nota 1: como me ha sobrado he congelado una poquita, cuando la descongele ya explicaré que tal.
Nota 2: la crema de chocolate “lista para usar” de postres nestlé se estropea con suma facilidad. La tenia abierta y tal como indica: “Una vez abierto el bote, conservar tapado en lugar fresco y seco” pero al ir a echar mano estaba cubierta de moho. Me sigo decantando por las barritas.