Esa es la definición que viene en la Wikipedia, parece algo serio y todo, pero no nos llevemos a engaño: todos sabemos lo que es realmente. La forma más rápida de rebuscar en la vida de tus “tuenti-amigos”. Recalco lo de tuenti-amigos, no digo amigos, ya que un porcentaje muy alto de ellos…
1) No los conoces, pero eres incapaz de rechazar una petición de amistad.
2) Hablaste una vez con ellos y eso ya creó un lazo virtual entre vosotros.
3) Te caen mal, pero los tienes en la lista para poder ver sus perfiles y criticarlos solos o en compañía (que es más divertido).
4) Son perfiles de discotecas a las que no has ido en tu vida.
5) Son famosos, con un poco de suerte aún están vivos, y te hace sentir bien verlo en tu “selecta lista”.
6) Es la amiga de una conocida de una amiga tuya, pero sólo la visitas para ver sus fotos en playa. …
Otra característica que le daría al Tuenti sería la de “La espía que me achuchó” parafraseando a Austin Powers. Ese mensajito que te dice cuando se conectó alguien por última vez es el GPS más avanzado de la historia (luego nos ponemos paranoicos si nos comentan algo del chip que nos quieren inyectar en un futuro). Con eso tienes controlado a todo el personal (menos mal que las madres aún desconocen su existencia…). También sirve de detector de mentiras, así que cuidado con lo que decimos…este aparatito puede conseguir que toda nuestra trola vaya a pique.
Acabaré esta entrega hablando del chat, esa cosa tan ridícula es la única hasta la fecha que hace tambalear los cimientos de un producto del amigo Bill Gates. Con este chat, tremendamente simple a la par que incómodo, hace tiempo que los monigotes del Messenger ya no dan vueltas en nuestro escritorio. Cualquier día de estos lo veremos caminito del INEM, total un par de parados más no se va a notar mucho… . Si antes he dicho que el Tuenti era como una portera, el chat es como un niño tocapelotas. Hasta que no lees lo que te han escrito no para de emitir un pitido molesto, aunque el mensaje te lo hayan puesto hace 4 horas y sea un simple “ey” el pito seguirá sonando y sonando y sonando…Su momento cumbre es cuando te echas a la siesta y te olvidas de cerrarlo, te la arruina por completo.