Historia de las cosas 2.0: basura electrónica

Publicado el 18 noviembre 2010 por Nmartincantero

¿Los consumimos o nos consumen? Annie Leonard, la autora del bombazo Historia de las cosas, vuelve a la carga con "Historia de los dispositivos electrónicos", un vídeo en el que describe el ciclo de compra de artículos diseñados para tener una vida corta y contaminante.

Quizá hayas probado a comprar una batería nueva para el móvil, tratar de reparar un DVD o la pantalla estropeada del ordenador. Lo más probable es que finalmente hayas optado por tirar el producto a la basura y reemplazarlo por uno nuevo.

El otro día conté los cargadores que tenemos en casa: 23. Mi teléfono móvil tiene más de dos años. Pasa como con los perros: multiplíquese por siete; una eternidad. Si imprimiese todos los SMS que he recibido a lo largo de este tiempo con publicidad sobre los terminales por los que podría intercambiar el viejo (gratis, gracias a los puntos) me daría para escribir varias veces "Guerra y paz".

Todavía no ha salido el vídeo con subtítulos en español, así que aquí van explicaciones que te puedes saltar si lo entiendes en inglés: el "diseño para el basurero" que critica Leonard (es decir, productos diseñados para que duren un corto espacio de tiempo) es una desafortunada consecuencia de la ley de Moore, según la cual la capacidad de procesamiento de los dispositivos se duplica cada 18 meses.

Por imagen, presión o necesidad, el usuario se ve forzado a una renovación constante y absurda, denuncia el vídeo. Lo nuevo se convierte en viejo al poco tiempo, y eso obliga al usuario a comprar más, en un ciclo que no tiene fin.

Como cualquier otro objeto fabricado, consumido y deshechado, los aparatos electrónicos siguen la regla de “los tóxicos que entran, salen”, es decir, los agentes químicos nocivos que contienen terminan siendo liberados en algún momento cuando son tirados a la basura, reciclados o incinerados.

Una gran cantidad de estos aparatos terminan siendo reciclados por trabajadores en condiciones penosas en el tercer mundo, sin herramientas adecuadas y desmontando los dispositivos manualmente, con lo que quedan expuestos directamente a sustancias altamente peligrosas.

La propuesta de Leonard es esta: que las mentes brillantes que crean ingenios que nos permiten bajarnos un álbum de música en dos minutos se apliquen a la creación de artículos menos tóxicos y más duraderos. Que se puedan actualizar por partes, sin tirar todo el producto a la basura. Que las empresas asuman más responsabilidad en el reciclaje (en Europa llevamos gran ventaja a EEUU).

Por último (este punto es de mi cosecha): asume tu responsabilidad como consumidor. Pregúntate si de verdad lo necesitas, y para qué.